Una persona sintecho durmiendo en los arcos próximos a la calle de la Portaferrissa / PABLO MIRANZO - MA

Una persona sintecho durmiendo en los arcos próximos a la calle de la Portaferrissa / PABLO MIRANZO - MA

Ciutat vella

El efecto llamada a los sintecho satura el centro de Barcelona

Fundaciones señalan que otros municipios recomiendan a personas sin hogar venir a la capital catalana

27 agosto, 2021 00:00

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Miseria en Ciutat Vella. Las calles colindantes de la Rambla se han convertido en el lugar de preferencia de los sintecho de Barcelona para dormir. Decenas de personas sin hogar se acomodan, día tras día, en portales, calles cubiertas por fachadas o pasajes con tal de refugiarse y descansar cuando cae la noche. 

Duermen a diario bajo los arcos de la calle de Colom, que conecta la Rambla con la plaza Reial. También se ubican en los porches de la calle de la Portaferrissa y en las entradas de los hoteles. Dormitan entre cartones y sacos hasta que, por la mañana, la Guardia Urbana les expulsa con el objetivo de que los servicios de limpieza dejen la vía impecable a primera hora del día. 

Una persona sintecho durmiendo en la entrada de un hotel de la Rambla / PABLO MIRANZO - MA

Una persona sintecho durmiendo en la entrada de un hotel de la Rambla / PABLO MIRANZO - MA


MÁS PERSONAS SIN HOGAR

El vecindario del centro de Barcelona alerta de que, en los últimos meses, se ha notado un aumento de personas indigentes que duermen en la calle. Algunos de los restauradores de la turística plaza explican a Metrópoli que se trata de un "problema enquistado" que "cada vez se hace más grande".

Henry, recepcionista del Hotel DO, argumenta que la presencia de indigentes se ha convertido en un hecho habitual desde que comenzó en su puesto de trabajo. Por su parte, Mónica, la dueña del restaurante Greenco, opina que la plaza Reial está "totalmente desamparada por las administraciones". La gerente de este establecimiento de comida orgánica añade que, "aunque hay buenas personas, muchos de los sintecho son conflictivos". 

Toni, una persona sin hogar que descansa en uno de los sillones de hormigón de la plaza Reial, explica a Metrópoli que "después de mucho esperar" ya está "en trámites" para que le asignen una vivienda y una paga. Confirma que "cada vez son más los que vienen a Barcelona a vivir en la calle" y que, aunque como él, muchos duermen al raso "por necesidades económicas", otros lo hacen "para no pagar un alquiler y vivir sin gastos". 

EFECTO LLAMADA

Arrels Fundació, la entidad que acompaña a personas sin hogar y les ofrece orientación y servicios en la Ciudad Condal, confirma a este medio que se ha detectado un efecto llamada en la urbe que estaría desencadenando la llegada de indigentes. Desde la asociación tienen constancia de que "desde algunos municipios se recomienda a los sintecho que vengan a Barcelona". "Los Servicios Sociales dicen que no están equipados y que en la capital catalana hay más recursos", asegura Marta Maynou, portavoz de la fundación. Arrels argumenta que estas actuaciones estarían "saturando los medios de la ciudad". 

Fermín Villar, presidente de la asociación Amics de la Rambla, coincide con la teoría explicada por Arrels. El empresario va más allá y anuncia a este digital que se produce un boca a boca entre personas sin hogar de fuera de España: "Es gente que viene de fuera por un efecto llamada y porque saben que en Barcelona hay tolerancia". Desde la representativa entidad lamentan que haya "un descontrol en el barrio por la gente que vive y duerme en la calle" y aseguran que "refleja un problema para la ciudad". Para Amics de la Rambla supone "un paso más en el riesgo de degeneración social". "El distrito de Ciutat Vella multa a los restauradores que ponen más mesas, pero con la gente que duerme en la calle no se hace nada", afea Villar. 

Una persona sin hogar durmiendo en una calle del centro de Barcelona / PABLO MIRANZO - MA

Una persona sin hogar durmiendo en una calle del centro de Barcelona / PABLO MIRANZO - MA


EL AYUNTAMIENTO CIERRA EQUIPAMIENTOS

La fundación Arrels baraja otra posibilidad que podría haber propiciado el aumento de personas sintecho este verano en la ciudad. "El 30 de julio se cerraron tres equipamientos del Ayuntamiento que habían sido habilitados como medida covid. Desde entonces, se ha intentado reubicar a muchas personas, pero una parte no ha encontrado la solución habitacional y, por tanto, han vuelto a encontrarse en una situación de calle", explica la portavoz.

La reapertura de la movilidad entre ciudades tras el inicio de la pandemia también es otra de las decisiones que ha dado como consecuencia un mayor número de personas sin hogar en Barcelona. Desde la entidad contabilizaron el pasado mes de junio alrededor de 1.100 personas durmiendo en las calles. Ciutat Vella se posicionó como uno de los distritos en los que se detectaron más personas sin hogar, con un total de 251 personas. La fundación asegura que, en los últimos años, estos datos han ido al alza y que, "a diario", reciben avisos ciudadanos que informan de más personas en esta situación de vulnerabilidad. 

DATOS ESCALOFRIANTES

Un estudio elaborado por Arrels en el mes de julio determina que el tiempo medio que vive al raso un sintecho de Barcelona es de cuatro años y ocho meses, un largo periodo que evidencia la ineficaz gestión de las administraciones hacia este colectivo. 

Otro de los aspectos en los que ponía énfasis el informe era que el 46% de las personas que viven en la calle en Barcelona afirmaron haber sufrido algún tipo de agresión, seis puntos porcentuales más que hace dos años. Estos datos, y los últimos hechos violentos que se han producido durante este año contra indigentes, confirman que las personas sin hogar son uno de los colectivos más vulnerables de la ciudad.

Una persona sintecho duerme en la Rambla mientras unos transeúntes pasan por su lado / PABLO MIRANZO - MA

Una persona sintecho duerme en la Rambla mientras unos transeúntes pasan por su lado / PABLO MIRANZO - MA