La escultura 'Los cubos' de la Barceloneta, llena de grafitis y convertida en un nido de botellón / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

La escultura 'Los cubos' de la Barceloneta, llena de grafitis y convertida en un nido de botellón / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

Ciutat vella

VÍDEO: La escultura 'Los cubos' de la Barceloneta, vandalizada y convertida en un foco de botellón

El monumento, un homenaje al barrio marinero de Rebecca Horn, está lleno grafitis y es un punto de consumo de alcohol

14 mayo, 2022 21:15

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La escultura L'estel ferit, de la playa de la Barceloneta, está totalmente vandalizada y se ha convertido en un foco de botellón. El monumento, obra de Rebecca Horn, es conocido popularmente como Los cubos [ver aquí].

Como se puede ver en las imágenes que acompañan esta información, la escultura, que forma parte del patrimonio de Barcelona, se encuentra lleno de grafitis, una plaga que inunda las paredes, edificios y mobiliario urbano de media Barcelona. Hace unas semanas, la denuncia de Metrópoli logró que el distrito de Gràcia borrara las enormes pintadas que había en la biblioteca Jaume Fuster.  

BOTELLÓN EN LA ESCULTURA

El monumento no solamente ha sido pintado sino que además se ha convertido en un punto de consumo de alcohol en la vía pública, una actividad prohibida en Barcelona por la Ordenanza de civismo. Este sábado, grupos de jóvenes estaban sentados en el pedestal de hormigón de L'estel ferit y lo utilizaban de mesa improvisada.

La obra de Horn es de la Barcelona olímpica y es un homenaje al barrio de la Barceloneta. Formada por cuatro bloques de acero desencajados, tiene 10 metros de altura. "Cada bloque, rodeado de ventanales de vidrio, se articula como un módulo independiente", explica la página de Turisme de Barcelona.

Botellón en la escultura 'Los cubos' en la Barceloneta / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

Botellón en la escultura 'Los cubos' en la Barceloneta / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

DE LOS ANTIGUOS CHIRINGUTOS A LOS CUARTOS DE PISO DEL BARRIO MARINERO

L'estel ferit es una obra innovadora a la que se ha dado distintas interpretaciones, desde que evoca a los antiguos chiringuitos de las playas de la Barcelona preolímpica, muchos de ellos barracas con encanto, o a los característicos cuartos de piso de la Barceloneta, de no más de 30 metros cuadrados, surgidos a finales del siglo XIX.

Como explicaba este medio hace unos días, las playas de Barcelona y el paseo marítimo se han convertido en un importante punto de incivismo con la llegada del calor, y lo peor es que es tolerado por la Guardia Urbana y el concejal de Seguridad y Prevención Albert Batlle.

Top manta, bicitaxis y patinetes que circulan a toda velocidad, venda de mojitos sacados de las alcantarillas, masajes ilegales a ciudadanos en la arena sin reunir las mínimas condiciones sanitarias y botellones masivos están a la orden el día. Y ahora, a todo esto se suma, una escultura vandalizada.