Los vecinos del Raval han desalojado por su cuenta varios narcopisos ante la permisividad municipal / EFE

Los vecinos del Raval han desalojado por su cuenta varios narcopisos ante la permisividad municipal / EFE

Ciutat vella

La oposición arrincona a Colau con los narcopisos

Laia Ortiz acusa a los partidos que le recriminan su pasividad en el Raval de “decir mentiras”

13 febrero, 2018 16:15

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La tensión que se vive en el Raval por la proliferación de los narcopisos ha traspasado las fronteras físicas del barrio y ha impregnado el debate de la última comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Barcelona. Ha sucedido durante el debate de una proposición del Grupo Municipal de Ciutadans (Cs), que pedía algo tan políticamente correcto como la creación de un grupo específico de trabajo “en el que estuvieran presentes todos los grupos municipales y técnicos expertos” para aporte soluciones al problema. La discusión ha ido subiendo tanto de tono que la teniente de alcalde de Drets Socials, Laia Ortiz (Barcelona en Comú), ha llegado a acusar a la oposición de “mentir y confundir” con este terrible asunto.

Paradójicamente, y en aras de lograr un mayor consenso, Ciutadans ha aceptado la sugerencia de los comuns y en lugar de pedir “un grupo de trabajo especifico con la problemática que se vive en Ciutat Vella”, se ha conformado con que el tema narcopisos se trate “dentro del grupo de trabajo de drogas” ya existente, un foro que se reunirá (curiosamente a petición del propio grupo de Ciutadans), el próximo día 26 de febrero, después de meses inactivo. No obstante, la aceptación llevaba implícita una crítica de la concejal de Cs, Marilén Barceló a “la lentitud” con la que el gobierno de Ada Colau se está tomando el grave problema de los narcopisos.

Y a partir ahí se ha abierto la caja de los truenos. La propia Barceló ha calificado la situación en Ciutat Vella como “insostenible” y ha repasado una retahíla de episodios donde los vecinos están sufriendo las consecuencias de la proliferación de mafias “que ocupan viviendas, trafican con drogas y extorsionan a los vecinos” sin que, aparentemente, el gobierno de Colau haga nada. “Les pedimos que actúen. Llevan mil días gobernando y no se ha dado ninguna solución” ha clamado la edil de la formacion naranja, recordando que en el Raval “hay mucho miedo”.

UNA MEDIDA QUE SE QUEDA CORTA

Al Grupo Municipal Demòcrata (PDeCAT) no le ha gustado que la propuesta de Cs se haya descafeinado. “Se queda corta”, ha puntualizado la concejal demócrata, Mercè Homs. Por ese motivo, el PDeCAT se ha abstenido, en lugar de votar de votar a favor como han hecho el resto de grupos municipales. Pero no por ello Homs ha rebajado la intensidad de sus reproches a los comunes. Por ejemplo, cuando ha atribuido el estallido de la problemática de los narcopisos a “la desidia, la dejadez y el desinterés” del gobierno municipal, quien a su parecer, no se está tomando “en serio” la cuestión.

Intervención de la edil de Ciutadans, Marilén Barceló en la Comisión de Derechos Sociales

Intervención de la edil de Ciutadans, Marilén Barceló en la Comisión de Derechos Sociales


La concejal del Grupo Municipal de ERC y presidenta de la comisión de Derechos Sociales, Montse Benedí, ha puesto sobre la mesa que “los graves problemas de convivencia son un hecho” y ha denunciado que los vecinos (que han estado presentes en el debate) “están cansados y se sienten desatendidos”. Benedí ha pedido al gobierno que sea “responsable” y ponga fin al conflicto, porque “el volumen de la problemática ha aumentado exponencialmente en dos años”.

Tampoco se ha mordido la lengua la concejal del PSCCarmen Andrés, quien ha reprochado a Colau y los suyos “no tener prisa mientras la problemática crece”, y ha puesto en el origen del conflicto que el gobierno municipal “no ha evitado la okupación ni la instalación de las redes de tráfico de drogas en el Raval”. “Se tiene que poner hilo en la aguja”, ha reclamado Andrés.

PERMISIVIDAD MUNICIPAL CON LOS OKUPAS

También ha intervenido con dureza la concejal del Grupo Municipal Popular (PP), Ángeles Esteller, quien ha desempolvado alguno de los constantes “incumplimientos” de la alcaldesa que han derivado en que el problema de los narcopisos “se cronifique y se haga más grande”. Y todo por la “permisividad” del gobierno municipal con los okupas, ha subrayado la edil conservadora. “Existe la percepción de que en Barcelona se puede okupar sin ningún problema, aunque mortifiques a los vecinos”, ha lamentado Esteller. Y le ha reprochado a la líder de BeC que solo gobierna para los que le son “afines”.

Varios vecinos del Raval han asistido a la comisión de Derechos Sociales

Varios vecinos del Raval han asistido a la comisión de Derechos Sociales


En otra onda completamente diferente ha hablado la concejal del Grupo Municipal de la CUP, Maria Rovira, que ha culpado del problema de los narcopisos al turismo y “al modelo neoliberal de ciudad”, mientras que el concejal no adscrito, Gerard Ardanuy, ha pedido al equipo de gobierno municipal que deje de “mirar para otro lado”.

Pero lo más sorprendente ha sido la reacción de la teniente de alcalde Laia Ortiz, que en lugar de reconocer que hay cosas que no se están haciendo bien, ha acusado a los grupos de la oposición -sin entrar en matices ni distinciones- de estar diciendo “mentiras o medias verdades” con el espinoso asunto de los narcopisos. “Dejen de mentir, de confundir y decir que hay varitas mágicas”. “No hay inacción”, ha vociferado Ortiz, quien ha llegado a asegurar que ha sentido “vergüenza” al escuchar las intervenciones de algunos concejales de la oposición.

LA PRIMERA REUNIÓN, EN BREVE

Pese a los rifirrafes, la propuesta ha acabado prosperando y se supone que en breve (el 26 de febrero) se reunirá ese equipo o comisión de trabajo que va a empezar a aportar soluciones al drama de los narcopisos del Raval. Eso no significa que las aguas del consenso vayan a volver de inmediato a su cauce. Visto lo afiladas que todos los grupos municipales -y también el gobierno de Colau- tienen sus armas, cuando se reúna el grupo de drogas pueden saltar chispas.