Visitantes en los búnkeres del Carmel / METRÓPOLI ABIERTA - HUGO FERNÁNDEZ

Visitantes en los búnkeres del Carmel / METRÓPOLI ABIERTA - HUGO FERNÁNDEZ

Horta - Guinardó

Vallas de acero 'antibotellón' blindarán los búnkeres del Carmel

El Ayuntamiento saca a concurso la licitación de las obras por más de 900.000 euros

19 febrero, 2021 00:00

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El cierre perimetral para blindar los búnkeres del Carmel contra el botellón echa a andar. El Ayuntamiento de Barcelona, a través de la empresa BIMSA, ha licitado las obras por valor de 907.275,54 euros, IVA incluido [ver aquí la oferta pública]. Los trabajos se iniciarán en verano y se prevé que duren unos siete meses, es decir que hacia finales de año o principios de 2022 la clausura del recinto debería ser una realidad. 

Como informó Metrópoli Abierta en diciembre, el precio inicial previsto de la construcción era de 671.565,94 euros con IVA. Esa fue la cantidad que se aprobó en la comisión de gobierno del pasado 10 de diciembre. Sin embargo, el importe será unos 235.000 euros más caro porque en la aprobación del proyecto en diciembre solo se tuvo en cuenta la primera fase, recalcan fuentes municipales. 

El plazo de presentación de ofertas finaliza el próximo 5 de marzo. La reforma está prevista que se ejecute en dos fases sin paralizaciones. La primera es la más importante y consiste en el vallado de la zona y el arreglo y la conexión de los caminos que envuelven las baterías antiaéreas, que se encuentran en el distrito de Horta-Guinardó. En la segunda fase se ejecutará una parte del camino pendiente y el cierre de la parte norte, la que ya no tiene vistas sobre la ciudad. El camino, que tendrá como máximo un metro de ancho, se pavimentará y se iluminará. Un tramo será de escaleras.

Imágenes de las vallas que blindarán los búnkeres del Carmel / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Imágenes de las vallas que blindarán los búnkeres del Carmel / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA


VALLAS DE DOS METROS Y SEIS PUERTAS DE ACCESO

El motivo del blindaje es que los búnkeres son un punto habitual de botellón, como pudo comprobar Metrópoli Abierta en plena tercera ola de la pandemia. Ese día, el pasado 6 de febrero, decenas de jóvenes se concentraron en la zona sin mascarilla y sin guardar las distancias de seguridad. Los lateros, neveras en mano, también se acercan hasta los búnkeres para vender cervezas y cubatas, estos últimos a 4,50 euros sin las mínimas garantías sanitarias. 

Para poner coto a las borracheras y controlar la gran afluencia de visitantes, especialmente por las noches, el consistorio construirá alrededor de los búnkeres una valla perimetral de dos metros de altura de acero y seis puertas de acceso. El gran problema del incivismo en la zona es que se destrozan los restos arqueológicos y se perturba el descanso de los vecinos. De esta forma, las baterías se cerrarían durante la noche como ya se hace en algunos jardines y parques de la ciudad, como La Ciutadella, apuntan fuentes municipales.

POR ENCIMA DE LOS DOS METROS REALES

Como se puede ver en las imágenes que acompañan esta información, en algunos puntos de los búnkeres las vallas quedarán situadas muy por encima de los dos metros por el desnivel del terreno, lo que dificultará todavía más intentar saltarla. Una parte de las vallas se clavarán sobre piedras. 

Botellón en los búnkeres del Carmel este febrero / METRÓPOLI ABIERTA

Botellón en los búnkeres del Carmel este febrero / METRÓPOLI ABIERTA


Las obras que se iniciarán en verano prevén cerrar aquellos puntos por donde entran más visitantes y que son el acceso desde la calle de Marià Labernià y los que van directamente al centro de información del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA), que gestiona el espacio. Las seis puertas de acceso estarán en las calles de Marià Labernia y de Labernia, en la parte sur (en los accesos al mirador y al depósito de agua), en el lado norte y junto al centro del MUHBA. 

La valla de los búnkeres junto a uno de los accesos / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

La valla de los búnkeres junto a uno de los accesos / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA


CONSTRUCCIÓN DE LA GUERRA CIVIL

Según explica el equipamiento municipal en la página web, en la zona se conservan los restos de las baterías antiaéreas construidas durante la Guerra Civil para defender la ciudad de los ataques de la aviación fascista. Tras la guerra, alrededor de la infraestructura se construyó el barrio de los Canons, ubicado dentro de la zona de las barracas del Carmel, que perduró hasta el año 1990, dos años antes de los Juegos Olímpicos.