La zapatería Queisalos, afectada por la crisis sanitaria, se niega a pagar el alquiler del negocio

La zapatería Queisalos, afectada por la crisis sanitaria, se niega a pagar el alquiler del negocio

Economía

El Raval se rebela y se suma a la huelga de alquileres

Un comerciante: "Nos sentimos vulnerables, no vemos el día en que podamos abrir la tienda"

2 abril, 2020 14:32

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Los vecinos y comercios del Raval se plantan. Centenares de negocios y tiendas se han unido a la huelga de los alquieres promovida por los autollamados sindicatos de alquileres para exigir la suspensión de los pagos para los arrendatarios a causa de la caída de ingresos por la crisis sanitaria del Covid-19. Al igual que los inquilinos, los autónomos tampoco facturan y no pueden hacer frente a los pagos del alquiler de sus locales.

Eduard Poblet refleja la desesperación de centenares de pequeños empresarios. "Hablan de ayudas a las empresas que tienen trabajadores, pero a los que tenemos empleados nadie nos ayuda. ¿Nos obligarán a pagar el IVA y el IRPF del primer trimestre de 2020? No sé en qué mundo vive el Gobierno", se lamenta Poblet, propietario junto a su mujer de una consulta veterinaria, con un servicio de venta de alimentos para animales.

La caída de la facturación de marzo ha caído más del 70% en este negocio del Raval. Desde el sábado, Poblet decidió cerrar la persiana. "Hasta entonces abría tres horas por la mañana, pero el teléfono no sonaba. "Se nos ha juntado todo. Nos invadió la miedo y, por prevención, cerraremos hasta el 6 de abril", explica.

DECRETO DEL GOBIERNO

El Gobierno ha aprobado un decreto que da la posibilidad a los inquilinos de viviendas a pedir retrasos en el pago de los alquileres. En casos de pequeños propietarios, estos se pueden negar, y los inquilinos podrán pedir créditos para hacer frente a los pagos. En caso de los alquileres de los comercios, la administración da la opción a las pequeñas y medianas empresas a dejar de pagar el alquiler, de momento, para devolverlo en el futuro.

Calle Hospital, en el Raval, en una imagen de archivo 

Calle Hospital, en el Raval, en una imagen de archivo 


En el Raval, una veintena de entidades vecinales y de comerciantes rechazan estas medidas del Gobierno y se resisten a pagar. Exigen que sean los grandes propietarios los que asuman la carga de esta crisis y avisan que solo aceptarán una suspensión total de los alquileres de viviendas y comercios. "Hemos de seguir pagando todo, igual que antes del confinamiento. Si no podemos, quieren que nos endeudemos, y si no podemos, el Estado pagará la deuda. O sea, que lo pagaremos entre todas. Todo para que los grandes propietarios y el gran capital ganen, como siempre", proclaman en un comunicado.

Asociaciones de comerciantes de las calles Hospital, Nou de la Rambla y la entidad Eix Comercial del Raval, entre otras, junto a Acció Raval y Ateneu del Raval, firman el texto. También piden cancelar el pago de cuotas a la Seguridad Social y los servicios mínimos de agua, luz y agas.

 

El Sindicat de Llogaters de Catalunya aconseja a todas las personas que no puedan pagar el alquiler a que no lo hagan. "Pedid renegociar el contrato. Si el arrendador no os escucha, uniros a la Huelga de Alquilres hasta que el Estado condone los alquileres", proponen.

LOS HIJOS, POR DELANTE DEL BANCO

"Lo tengo clarísimo. Antes que pagar a un banco, daré de comer a mis dos hijos pequeños", señala Bruno Ariño, copropietario junto a su mujer Tere Julià de Calçats Queisalos, histórica tienda para pies delicados, ubicada en la calle Hospital. Abierto en 1925, el negocio celebrará en cinco años el centenario de su nacimiento. Ariño, sin embargo, no ve las luces al final del túnel. "Te sientes muy vulnerable. No vemos el día en que podamos abrir la tienda", se lamenta. 

Desde el 15 de marzo, la la tienda solo ha vendido un calzado por Internet. De momento, ha conseguido suspender el alquiler del local hasta junio. El alquiler de la vivienda es otro asunto. En abril, no tiene previsto seguir pagando. Sus cuatro trabajadores sufrirán un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) y cobrarán el 70% del sueldo. "Me sabe muy mal por ellos, los trabajadores también tienen hijos", describe. A Ariño no le afectan las ayudas a los autónomos por la caída del 75% de la facturación y vive pendiente de la publicación de las ayudas ICO (Instituto de Crédito Oficial), unas líneas de créditos a muy bajo interés. 

CADENA DE SOLIDARIDAD

Desde su centro veterinario, Poblet se desespera. "La facturación de este mes ha sido patética. Debo afrontar el alquiler, la luz, el agua, etc. Habrá un momento en que dejaré de pagar la cuota de autónomo. Necesito dinero para poder comprar, mantener la despensa. Nadie se cree que el 11 de abril termine el confinamiento", afirma. En su comunidad de vecinos han conseguido posponer los pagos de unas derramas para la reforma de la fachada, pero la respuesta por parte del propietario del local de su negocio ha sido más ambigua.

"Deben entenderlo, si no ingreso no pago. Todos nos hemos de abrochar el cinturón. Es una cadena de solidaridad y de comprensión de lo que está pasando. Quien no lo entienda, es un egoísta", zanja.