Endesa impugnó el contrato eléctrico municipal y los juzgados le dieron la razón. Desde entonces, el Ayuntamiento de Barcelona ha ido sacando a concurso pequeños lotes por breve espacio de tiempo, y Endesa se los ha ido llevando todos.
El último es el contrato para el suministro eléctrico de los edificios municipales, por un periodo de tres meses, ampliable a otros tres. Hasta ahora era la propia Endesa junto a Nexus, quien se encargaba de ofrecer la energía al consistorio, después de ganar otro concurso que, tras la prórroga, ha vencido al acabar noviembre.
RECURSO GANADO
La compañía impugnó el contrato eléctrico municipal, valorado en 65 millones de euros y dividido en tres lotes, al considerar que las cláusulas contra la pobreza energética que incluía no eran discriminatorias. El Tribunal Catalán de Contratos del Sector Público primero suspendió el concurso y luego lo anuló, al que no se había presentado la eléctrica.
El Tribunal dio la razón a Endesa, que no se había presentado al concurso, al entender que las cláusulas contra la pobreza energética que quería promover el consistorio y, por tanto, el beneficio social que buscaba, no se producía en el suministro energético de los locales de la administración, ni directamente por el acto de suministrar electricidad a los locales del Ayuntamiento.
La respuesta del Ayuntamiento ante el revés judicial fue anunciar la creación de una comercializadora energética municipal, prevista para el verano de 2018, con la que pretenden generar su propia electricidad.
Ésta gestionará de forma integrada la generación de energía eléctrica de fuentes renovables y comercializará los excedentes, si se producen, a viviendas de la ciudad y a entes municipales.