Fotomontaje donde aparece Ada Colau y al fondo pisos sociales de Barcelona / METRÓPOLI

Fotomontaje donde aparece Ada Colau y al fondo pisos sociales de Barcelona / METRÓPOLI

El pulso de la ciudad

Barcelona perderá la mitad de sus viviendas protegidas en los próximos siete años

La capital catalana podría llegar a perder casi el 75% de sus inmuebles sociales para 2040 si no se construyen más pisos nuevos

1 marzo, 2023 23:03

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Barcelona corre un riesgo real de perder la mitad de sus viviendas protegidas en los próximos siete años. Esta es la conclusión a la que ha llegado el Observatori Metropolità de l'Habitatge en su último informe, en el que han detallado que la demarcación de Barcelona, de las 72.501 viviendas protegidas que mantenía en 2021, perderá más de 36.470 de cara a 2030.

Para ese año quedarán 36.031 pisos. Sin embargo, la cifra continuará descendiendo hasta los 18.830 inmuebles de cara a 2040 si se sigue el ritmo actual. dicho de otra manera: para 2030 se habrá perdido el 49,7% de los pisos protegidos y, para 2040, un 74%.

UN PARQUE PÚBLICO POBRE

La entidad, que ha lamentado la falta de nuevos pisos construidos, explica que el número se reducirá porque la vigencia de los inmuebles viene marcada por el periodo en el que se construyeron. Cuando el periodo acaba, pierden su vigencia como pisos protegidos. También han criticado que en la capital catalana tenga solo el 1,9% de su parque de vivienda dedicado al alquiler social.

Render de los pisos sociales del barrio del Fort Pienc / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Render de los pisos sociales del barrio del Fort Pienc / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

La única buena noticia, desde el punto de vista de la entidad, viene marcada porque tras el Decreto Ley 17/2019 "la práctica totalidad de las viviendas protegidas que se están construyendo y se construirán no podrán ser descalificados de cara al futuro". No obstante, ese decreto quedaría en tierra de nadie si desde el Ayuntamiento o la Generalitat no se invierte en la construcción de pisos nuevos, un déficit que Barcelona experimenta a pesar de las promesas electorales de la alcaldesa, Ada Colau.