Agentes de la Guardia Urbana, en el centro de emergencias de Barcelona / SAPOL

Agentes de la Guardia Urbana, en el centro de emergencias de Barcelona / SAPOL

El pulso de la ciudad

El centro de emergencias 'enfermo de cáncer', a una comisaría de los Mossos

CSIF plantea llevar a los empleados del equipamiento, situado junto al Palau d'Esports, a unas instalaciones de la policía autonómica de Sant Martí

30 junio, 2019 00:00

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El centro de emergencias de Barcelona es un edificio situado en la calle de Lleida 28, en el distrito de Sants-Montjuïc, que desde 2005 ocupan agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana, bomberos del Ayuntamiento y personal del Sistema de Emergencias Médicas. En esta sala, bautizada como Sala de Mando Conjunta-Centro de Gestión de Emergencias, estos servicios reciben todos los avisos de las urgencias de la ciudad. Sin embargo, quienes tienen que velar por la seguridad de los ciudadanos trabajan en unas pésimas condiciones. Desde hace años distintos sindicatos denuncian que el edificio, que se encuentra cerca del Palau d'Esports, está enfermo. Entre los trabajadores del espacio se han producido, al menos, 26 casos de cáncer

Los sindicatos UGT, CCOO, SAPOL y CSIF llevan tiempo reclamando un traslado de las instalaciones. Sin embargo, hasta ahora, ni la Generalitat ni el Ayuntamiento de Barcelona, las administraciones que gestionan el edificio alquilado a Fira de Barcelona, han sido capaces de encontrar una nueva ubicación. Durante el último mandato, el gobierno de Ada Colau propuso instalar el centro en el Palau d'Esports, pero la iniciativa quedó pronto descartada tras las críticas de algunos partidos políticos, entidades y sindicatos, más partidarios de que el pabellón vuelva a recuperar los usos deportivos. "Se trata de un edificio catalogado y no sirve para ubicar el centro de emergencias", dijo el secretario general de SAPOL, Manel García, a Metrópoli Abierta.

NUEVA PROPUESTA

Ahora, y a la espera de encontrar un emplazamiento definitivo, el sindicato CSIF ha hecho llegar una propuesta al conseller de Interior, Miquel Buch, y la alcaldesa de Barcelona para trasladar el centro de emergencias a la comisaría de los Mossos d'Esquadra de la calle de Bolívia 30-32, en el distrito de Sant Martí. En el escrito, el secretario de Organización de CSIF, Eugenio Zambrano, recuerda el equipamiento policial que se encuentra en la calle de Bolívia quedará pronto vacío porque el servicio se llevará Terrassa, y opina que sería un buen espacio para instalar a los más de 80 empleados públicos que a diario ocupan el centro de emergencias de la calle de Lleida. Para el CSIF, el cambio se podría hacer a finales de año, cuando la comisaría ya estará vacía.

SAPOL dijo a principios de junio que había 26 cánceres confirmados entre el personal del centro de emergencias de Barcelona. Según García, los tipos de cáncer varian, aunque predominan los de próstata (9). El resto son de pulmón (2), estómago (2), laringe (2), leucemia (2), mama (1), páncreas (1), esófago (1) y cardias (1). Los cánceres de los agentes de la policía autonómica y del personal del SEM no se han facilitado. Todos los casos, salvo dos, son hombres.

El secretario general de SAPOL temía entonces que se añadiera otra persona a la larga lista de trabajadores enfermos y fueran 27. Se trataría de un agente de la Guardia Urbana que todavía está pendiente de pruebas médicas. CSIF cita que los dos últimos casos declarados son un guardia urbano que se acaba de jubilar y un bombero. Desde el Ayuntamiento de Barcelona siempre se ha mantenido el mismo punto de vista: los informes que se han hecho no han sido concluyentes y en ningún caso se ha podido demostrar la relación causa-efecto.

VESTUARIO SIN DUCHA

Además de los casos de cáncer detectados, CSIF denuncia que el actual centro de emergencias de la calle de Lleida no tiene unos vestuarios en condiciones. "Uno de ellos no tiene ducha y los otros son módulos de obra que llevan muchos años en funcionamiento y presentan un deterioro importante", subraya Zambrano. Las instalaciones también carecen de ventilación exterior. "Es forzada y sale por el suelo. Respiramos bacterias", critica. Y la luz es toda artificial porque los empleados trabajan en un sótano, lo que provoca problemas de visión por deslumbramientos.