El Imax del Port Vell, tapiado, tras el incendio de 2020 en el restaurante anexo / METRÓPOLI ABIERTA - JORDI SUBIRANA

El Imax del Port Vell, tapiado, tras el incendio de 2020 en el restaurante anexo / METRÓPOLI ABIERTA - JORDI SUBIRANA

El pulso de la ciudad

El cine Imax del Port Vell, sin fecha de derribo

El viejo edificio, cerrado y abandonado, lleva casi un año a la espera de ser demolido

25 enero, 2021 00:00

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El cine Imax, cerrado en 2014, sigue sin tener una fecha de derribo. Hace cerca de un año el Port de Barcelona, titular de los terrenos, anunció que echaría al suelo el Imax. Era febrero de 2020. Desde entonces, el edificio sigue igual, tapiado, a la espera de que las máquinas entren en el solar. "No hay novedad sobre el derribo", subrayan a Metrópoli Abierta fuentes del Port.

Desde el cierre del Imax, el edificio ha sufrido una continuada degradación que culminó en enero de 2020 en un incendio en el restaurante anexo, también abandonado. En el siniestro resultó herido un sintecho, que vivía en el espacio junto con otras 20 personas. Pocas horas después del fuego, el Port decidió tapiar el Imax. Fuentes conocedoras de la situación opinan que la demolición no se puede retrasar y se podría materializar antes del verano.

APERTURA EN 1995

El Imax abrió sus puertas en 1995. Su construcción en el muelle de España levantó ya una inmensa polvareda en las elecciones municipales de 1995 entre el alcalde Pasqual Maragall y el entonces candidato convergente, Miquel Roca. Durante la campaña, Roca manifestó que no le gustaba el edificio. Jamás dijo que lo iba a derribar si ganaba, pero el equipo de Maragall lo vendió así y el lema Roca enderroca corrió como la pólvora. Maragall, aupado por el éxito de los Juegos Olímpicos y la transformación de Barcelona, ganó de nuevo.

Cuando el cine Imax abrió en Barcelona fue una auténtica revolución. Su apuesta de pantallas en 3D cautivó a los ciudadanos, pero con los años la escasa oferta de títulos, la caída de espectadores, los elevados costes que conllevaba y los avances tecnológicos, junto a la creciente crisis económica y la apuesta de la zona por el ocio y la restauración, llevaron a la empresa explotadora al cierre. Los responsables presentaron en 2014 un concurso voluntario de acreedores por una deuda de 5,5 millones. La plantilla, de 11 personas, no había cobrado en agosto de 2014 ni la nómina de julio ni la paga extra de verano.   

27 METROS Y 2.500 METROS CUADRADOS

El Imax es un enorme cajón de 27 metros que ocupa 2.500 metros cuadrados de superficie útil. En febrero del año pasado, el consejo de administración del Port de Barcelona recuperó la posesión de los terrenos y anuló la concesión, que caducaba en 2024, ante la falta de actividad y el abandono de las instalaciones. El Imax se levantó en un suelo que permite usos comerciales, culturales y recreativos.

El centro comercial Maremàgnum, también en el Port Vell / EUROPA PRESS

El centro comercial Maremàgnum, también en el Port Vell / EUROPA PRESS


Entre las opciones que estaban sobre la mesa hace un año, una vez el Imax vaya al suelo, figuraban construir una gran plaza o, incluso, ampliar el vecino Aquàrium. El Ayuntamiento de Barcelona era partidario de consultar con los vecinos y llegó a plantear la posibilidad de indultar al edificio y dedicarlo a usos culturales y a los oficios del mar. Ahora sobre la mesa está la opción de ampliar el centro comercial Maremàgnum, apuntan fuentes cercanas al Port Vell.

LOS CINES MAREMÀGNUM CERRARON EN 2015

El Imax, que fue la primera sala 3D de España, no es el único cine cerrado del Port Vell. Los Cinesa Maramàgnum bajaron la persiana en 2015. La cadena proyectó por última vez en el Maremàgnum, con ocho pantallas, el 31 de diciembre de 1995. El cierre se debió al mal estado y Cinesa decidió no renovar el contrato. Han pasado más de cinco años y las salas siguen allí a la espera también de ser derribadas.

Los cines Maremàgnum forman parte del centro comercial del mismo nombre, ahora en crisis y con numerosos establecimientos cerrados. Uno de los negocios que dejó de operar la pasada primavera en este emplazamiento fue H&M, que desvinculó la clausura de la crisis del coronavirus. Quien está interesado en instalarse en el Maremàgnum es Time Out Market, una gran propuesta gastronómica y cultural que ya cuenta con sede en nueve ciudades y que baraja abrir un centro en el Port Vell. En diciembre, las negociaciones estaban avanzadas.