Isona Passola, la presidenta del Ateneu Barcelonès, afronta una grave crisis en la entidad / WIKIPEDIA

Isona Passola, la presidenta del Ateneu Barcelonès, afronta una grave crisis en la entidad / WIKIPEDIA

El pulso de la ciudad

Isona Passola golpea el Ateneu Barcelonès con un nuevo despido "arbitrario"

La presidenta de la institución se carga a Diana Cot, coordinadora cultural, que llevaba 13 años en la casa, y desconcierta a los socios

1 mayo, 2023 00:00

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El Ateneu Barcelonès no levanta cabeza. Pierde socios. En sus cuentas, el déficit se incrementa. Y la gobernanza, con su presidenta Isona Passola a la cabeza, tiene cada vez más dificultades, cuestionada por sus decisiones unilaterales. La última, con la que Passola golpea a la institución, ha sido el despido “arbitrario” de la coordinadora cultural de la casa, Diana Cot, que llevaba 13 años en el Ateneu. Se trata de la misma práctica con la que se dejó en la estacada al gerente Daniel Ortiz, y al bibliotecario y director de la Bibioteca del Ateneu Àlex Cosials.

La actual junta del Ateneu Barcelonès no ha dejado de ser cuestionada en los últimos meses por su deriva “presidencialista”, con decisiones internas que no se consultan, a partir de un núcleo de mando que orilla al resto. Según las fuentes consultadas, que dan testimonio del despido de Diana Cot, a través de una carta en la que se considera que no ha atendido sus funciones –la misma práctica utilizada con Ortiz y Cosials—en el Ateneu domina Passola junto con su vicepresidente, Ricard Faura, la amiga íntima de la cineasta, Lluïsa Julià y el joven Jordi Jiménez. “El resto no cuenta para nada”, señalan las mismas fuentes.

Tras aplazar en diversas ocasiones la convocatoria de una asamblea, finalmente ésta se celebró el pasado 30 de marzo. A pesar de que se presentaron unas cuentas equilibradas, lo cierto es que la entidad prevé un déficit para este año de alrededor de 165.000 euros, que se suman a los 140.000 de 2022. La situación es grave, pero los despidos que se han sucedido no responden a la necesidad de reducir gasto, como apuntan las fuentes conocedoras del funcionamiento interno de la entidad. En otros ámbitos, como la informática, o la adecuación de las bases de datos, se está invirtiendo “con generosidad”.

Isona Passola, la presidenta del Ateneu Barcelonès, en TV3 / MA

Isona Passola, la presidenta del Ateneu Barcelonès, en TV3 / MA

Lo que sucede es que Passola, junto con Faura, han dominado la institución con mano de hierro, “sin que les importen las críticas”, y lo hacen “porque se sienten protegidos políticamente”. En ese aspecto, se considera que Passola es una figura próxima a Esquerra Republicana, y goza de predicamento en el departamento de Cultura, en manos republicanas.

Prescindir ahora de Diana Cot puede tener consecuencias, porque los socios asisten con desconcierto ante las maniobras de Passola y reclaman explicaciones. En los últimos meses el movimiento ha sido continuado. Varios vocales presentaron su dimisión, como el periodista y crítico literario, Joan Safont, quien, tras el despido de Cosials señaló: “El despido de Cosials es la gota que colma el vaso, porque lo que hemos visto es una forma de dirigir la entidad de forma presidencialista, con decisiones que se llevan a la Junta cuando ya están tomadas, y ese no es, o no era, el espíritu del Ateneu”.

En caso de Diana Cot se trata de la coordinadora cultural de la entidad, que también tiene entre sus responsabilidades el área de comunicación. Llevaba 13 años en la institución y había trabajado con distintas juntas en todo ese tiempo.

"SOLUCIONES FUERTES Y RADICALES"

Passola arrastra todo tipo de problemas internos en el Ateneu. Desde marzo de 2021, cuando accedió al cargo, han pasado ya tres gerentes y dos responsables de comunicación. El primero, Daniel Ortiz, que ganó un concurso público frente a 25 candidatos, fue cesado en julio en 2021. Ortiz demandó a la entidad y a la propia Passola. Se llegó a un acuerdo porque Passola no quiso llegar, finalmente, a juicio, y Ortiz fue indemnizado.

La presidenta, hasta ahora, no se ha dado por aludida. Y se ha remitido a las mismas reflexiones, las que justifican las actuaciones, “soluciones fuertes y radicales”, en beneficio de la entidad. Sin embargo, lo que se percibe en el interior del Ateneu es que la actividad es meramente la de “receptor” de actos, por los que se cobra en concepto de alquiler de los espacios. “El proyecto cultural es inexistente”, señalan.

Passola se ha mantenido impasible. Se ha dedicado a “amenazar”, al entender que el Ateneu está en peligro, por su precariedad económica. Y pide, como solución, que se busquen más socios para el Ateneu, que, desde que se superó la pandemia del covid, no ha sabido remontar el vuelo y puede languidecer.