Imagen panorámica de Barcelona durante un episodio de alta contaminación / EFE

Imagen panorámica de Barcelona durante un episodio de alta contaminación / EFE

El pulso de la ciudad

Ni 'Superilla' ni Zona de Bajas Emisiones: pinchan las medidas para reducir la contaminación en BCN

Barcelona supera los límites de polución exigidos por la Unión Europea a pesar de ser una de las ciudades que más apuesta por políticas ambientales

14 enero, 2023 00:00

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La contaminación en Barcelona preocupa cada vez más y se sigue con especial atención desde la Unión Europea (UE). La capital catalana supera muy por encima el umbral máximo que exige Europa y que plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS), según registró la estación medidora situada en el Eixample. Concretamente, la ciudad alcanzó una concentración de 42 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno, cuando la máxima permitida está establecida en 40 desde el año 2010.

MADRID, POR DEBAJO DE BARCELONA

A diferencia de Barcelona, Madrid no ha superado, por primera vez desde que se dispone de registros, este límite, según indica el medidor de Plaza Elíptica. En 2022, la capital madrileña se situó en 39,77, solo 23 centésimas por debajo de los 40 microgramos establecidos. Siendo una de las ciudades más contaminantes en los últimos años, Madrid ahora se encuentra dentro de los parámetros, mientras que Barcelona no. Ante estos datos solo cabe preguntarse si algo está fallando, a pesar de las medidas impuestas por el gobierno de Colau.

POLÍTICAS AMBIENTALES

Mientras que este último balance supone un golpe para la alcaldesa, que presume de haber impulsado políticas ambiciosas para mejorar la contaminación --como es el proyecto de la superilla o la multiplicación de los carriles bici a pesar de las quejas de los vecinos--, Madrid alardea de haber conseguido estar dentro los parámetros de la UE sin convertir la ciudad en un caos gracias "a las políticas medioambientales que han ofrecido a los ciudadanos alternativas de movilidad limpias antes de establecer restricciones, y que ha conseguido que la sostenibilidad ambiental sea compatible con la económica", según el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida (PP). 

Imagen de la capa de contaminación en Barcelona, vista desde el Observatori Fabra / ALFONS PUERTAS

Imagen de la capa de contaminación en Barcelona, vista desde el Observatori Fabra / ALFONS PUERTAS

Por su parte, desde el Ayuntamiento aseguran que Barcelona ha consolidado en los últimos años la tendencia a la baja de los niveles de contaminación. Concretamente, ha descendido un 30% en los últimos ocho años sin tener en cuenta 2020 y 2021, cuando los valores fueron mucho más bajos que la tendencia debido a la pandemia. Fuentes municipales explican a Metrópoli que la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) fue una medida que permitió eliminar 600.000 desplazamientos con vehículos más contaminantes, pero que "no es una medida única". "Hay que continuar desplegando otras medidas de priorización del transporte público, apostar por los modos sostenibles de movilidad y en la conexión interurbana, y por la transformación urbana del proyecto superilla y Protegim Escoles". También, el consistorio achaca el problema a la meteorología. "Las condiciones climatológicas influyen directamente de manera directa en la contaminación. Por ejemplo, fuertes vientos y lluvias pueden favorecer que mejoren los niveles de calidad del aire", detallan fuentes municipales. 

Sin embargo, la versión del gobierno municipal no es compatible con la de los expertos. Según Xavier Giménez, profesor de Química Ambiental y Divulgador Científico de la Universitat de Barcelona (UB), ni la superilla, ni la ZBE, ni reforzar el transporte público sirven. "El problema que tiene Barcelona es que es una ciudad muy densa a diferencia de Madrid. Tiene la mitad de habitantes en solo una quinta parte de su superficie", explica el profesor, por lo que "los niveles de contaminación solo se pueden corregir con proyectos urbanísticos de una envergadura muy grande".

LA SUPERILLA Y ZONAS VERDES

En conversación con este medio, Giménez critica que el proyecto estelar del gobierno municipal, la superilla, "no tiene ningún tipo de utilidad". Aunque puede mejorar la tranquilidad de los vecinos que viven en el barrio, no soluciona el problema de la contaminación. "Realmente lo que consiguen con la superilla es concentrar el tráfico en otras calles donde no hay tantas dificultades para poder circular. Por tanto, tenemos el mismo problema pero en otra parte", critica Giménez.

Embudo creado en la calle de Consell de Cent por las obras de la superilla / TWITTER

Embudo creado en la calle de Consell de Cent por las obras de la superilla / TWITTER

Con respecto a la creación de más zonas verdes, que es lo que se propone Colau, Giménez lo ve muy complicado de cumplir por la falta de espacios disponibles en Barcelona. "El 100% de la superficie metropolitana está edificada. No hay margen. Para construir espacio verde se deberían tirar edificios y desalojar gente de barrios enteros", una propuesta que el experto ve como "inviable y muy compleja".

ZONA DE BAJAS EMISIONES

El profesor de la UB también mantiene una dura postura con la puesta en marcha de la ZBE, con la que asegura que no se solucionada nada. "Si tu restringes el tráfico en la entrada de Barcelona, lo que harán estos coches será dar más vueltas. En realidad no solucionas el problema, lo apartas de la ciudad. Las necesidades de movilidad de los trabajadores no las puedes regular tan fácilmente", detalla Giménez. Reforzar el transporte público tampoco es una solución, ya que "contamina bastante" y además es deficitario.

Movilización en Gran Via de les Corts Catalanes contra la ZBE / PARC

Movilización en Gran Via de les Corts Catalanes contra la ZBE / PARC

 

BARCELONA EN UN FUTURO

Aunque la media de Barcelona se sitúa por debajo del límite fijado (38,49 microgramos), los niveles están muy por encima de los 10 microgramos que plantea la OMS. En un futuro, puede que Barcelona lo tenga cada vez más complicado para cumplir con los requisitos de la UE, que tiene como objetivo rebajar el límite de contaminación de los 40 microgramos actuales a los 20. Sin embargo, para Giménez no es una cifra inalcanzable. De hecho, ve probable que Barcelona, a muy largo plazo, entre en los parámetros que marcará la UE, pero solo si se apuesta por la única solución viable e importante: la electrificación de los coches.

LOS VECINOS PIDEN MÁS PREOCUPACIÓN

Para los vecinos del Eixample, la zona más afectada por el estado del aire, las cifras no sorprenden, más bien critican que "se normalice la situación". Para Guille López, miembro de la entidad Eixample Respira, las entidades hacen caso omiso de la legislación europea sobre contaminación, que se creó hace más de 10 años. "Es cierto que durante 2020 y 2021 disminuyeron los niveles debido a la pandemia, pero aún así se siguen incumpliendo de manera sistemática y actualmente volvemos a estar en unos niveles muy altos", explica a Metrópoli.

Manifestación bajo el lema Stop Contaminació organizada por Eixample Respira / EIXAMPLE RESPIRA

Manifestación bajo el lema Stop Contaminació organizada por Eixample Respira / EIXAMPLE RESPIRA

En relación a las medidas del gobierno municipal, López asegura que desde la plataforma no ven ningún plan de reacción realista ni ambicioso para cambiar la dinámica. "Nos gustaría que las administraciones se lo tomasen más en serio, ya que se trata de un problema de salud pública", concluye.