Partido entre el FC Barcelona y la UE Santboiana / FC BARCELONA

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El pulso de la ciudad

El rugby en Barcelona dice 'basta' ante la pasividad del Ayuntamiento

La Federació Catalana de Rugby reclama la construcción de nuevas instalaciones en la capital catalana ante las "falsas" promesas del consistorio

22 marzo, 2023 00:00

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“El rugby catalán se ahoga”. Bajo este eslogan se presenta la última campaña de la Federació Catalana de Rugby, en la que reivindican la falta de instalaciones que existe en Barcelona. La federación cumple este año su centenario y lanza un aviso: “Peligra nuestra continuidad”. 

Un estudio comparativo entre las ciudades de Madrid y Barcelona evidencia la falta de recursos que sufre el rugby en la capital catalana. El análisis, realizado por la Universitat Ramon Llull, muestra como Barcelona cuenta con cuatro campos de rugby para 2.000 jugadores, una ratio de 500 personas por campo, mientras que Madrid dispone de 13 para 4.000, traducido en una ratio de 300. Para más inri, desde 2018 en la capital se han inaugurado cuatro campos de rugby, mientras que en Barcelona ninguno, y además, se han cerrado dos. No se construye ninguna instalación en la ciudad desde los Juegos Olímpicos de 1992, lo que señala que la situación es un agravio histórico.

CUATRO INSTALACIONES

El campo de la Teixonera (Vall d'Hebron), el de la Foixarda (Montjuïc), el de la Mar Bella (Poblenou) y el de la Universitat de Barcelona (Diagonal), son las cuatro instalaciones con las que cuenta la localidad. Este último, además, no está en buenas condiciones: no dispone de vestuarios, precintados por riesgo de derrumbe. En el año 1992, en Barcelona, había 900 jugadores de rugby y seis campos. En 2022 la cifra ha ascendido a 2.000 jugadores y, en cambio, solamente quedan cuatro instalaciones.

Vestuarios cerrados por peligro de derrumbe en las instalaciones de la Universitat de Barcelona / CEDIDA

Vestuarios cerrados por peligro de derrumbe en las instalaciones de la Universitat de Barcelona / CEDIDA

Vestuarios cerrados por peligro de derrumbe en las instalaciones de la Universitat de Barcelona / CEDIDA

Vestuarios cerrados por peligro de derrumbe en las instalaciones de la Universitat de Barcelona / CEDIDA

En cada campo de Barcelona conviven hasta dos clubes, y en el de la Foixarda hasta tres, lo que genera problemas de espacio. Los equipos barceloneses no pueden crecer más de lo que ya han crecido, además de tener que lidiar con problemas en los entrenamientos y en la falta de disponibilidad de horas, "se necesitarían mínimo dos instalaciones más para estar en una situación normal", explican desde la Federació. Por otra parte, el coste que tienen estos terrenos es muy elevado, ya que el alquiler supone, mínimo, 35.000/40.000 euros al año.

PASIVIDAD DEL AYUNTAMIENTO

La Federació denuncia que desde el Ayuntamiento de Barcelona se está impidiendo el crecimiento de este deporte, puesto que aseguran que desde hace 30 años el trato del consistorio es “vergonzoso”. "La falta de instalaciones donde poder practicar nuestro deporte está convirtiendo el rugby barcelonés en marginal dentro del Estado. Hemos pasado de ser una potencia en el rugby estatal a ser cada vez más secundarios. Necesitamos que se cumplan los compromisos políticos para revertir esta situación”, declaró en la presentación del estudio el presidente de la Federació Catalana de Rugbi, Ignasi Planas.

Fuentes cercanas a la Federació añaden que la pasividad del Ayuntamiento de Barcelona es una cuestión extensible a la Generalitat, y que la inversión en instalaciones de rugby es nula en un deporte que ha crecido y está creciendo mucho. "No solo es una crítica al gobierno actual, al de Ada Colau, es un reproche a todos los gobiernos. En 30 años ha habido gente de todos los colores, y todos han pasado olímpicamente", aseguran las fuentes citadas.

Instalaciones de CEM Teixonera - Vall d'Hebron de Barcelona / ARCHIVO

Instalaciones de CEM Teixonera - Vall d'Hebron de Barcelona / ARCHIVO

"Si hablamos de este último gobierno, concretamente, el concejal de deportes del Ayuntamiento de Barcelona, David Escudé, es uno de los principales culpables. Ha mentido de forma reiterada. En varias ocasiones se ha presupuestado la construcción de nuevos campos y no se ha ejecutado, es una tomadura de pelo", explican fuentes cercanas a la institución deportiva. Como anécdota, cuentan que hace unas semanas se celebró el partido del centenario de la Federació Catalana, donde se enfrentaron Catalunya y Suecia en la Foixarda. Aseguran que al encuentro acudieron representantes de diferentes partidos políticos, y que desde el Ayuntamiento de Barcelona no se presentó nadie. "¿Dónde estaba David Escudé?", deslizan con ironía. "Pasan de nosotros, es un Ayuntamiento que en política deportiva se dedica a hacer grandes eventos, como la Vuelta o la Copa América, pero la promoción del deporte le da un poco igual", añaden con contundencia.

"FALSAS PROMESAS"

En 2019 el Ayuntamiento de Barcelona anunció que construiría un nuevo campo de rugby municipal en 2021. La nueva instalación deportiva se iba a sumar a las tres existentes. El objetivo del consistorio, en el momento del anuncio, era que el equipamiento estuviese listo a finales del presente mandato, durante la primera mitad de 2023. "El Ayuntamiento de Barcelona tiene previsto iniciar el procedimiento para la construcción de la nueva instalación en 2021, con el objetivo de que quede finalizado a lo largo del mandato. La equipación da respuesta a la creciente demanda de espacios para la práctica de este deporte, y dará oxígeno al uso actual de los campos ya existentes. El incremento en el número de licencias federativas, especialmente en cuanto a las femeninas, también ha incidido", prometía en un comunicado el consistorio.

A pesar de que el Ayuntamiento presupuestó esta construcción, no se ha llevado a cabo. Consultados por este diario, desde el Institut Barcelona Esports (IBE) aseguran que se está trabajando en el proyecto, pero que todavía no se ha ejecutado. Además, relatan que el proyecto está sobre la mesa y que se está trabajando en él, pero lo cierto es que no se ha empezado a construir.