Inseguridad. En una sola palabra queda resumida la sensación que un ciudadano de cualquier ciudad puede sentir cuando sale a la calle de su barrio, o cuando va de paseo a otro. Eso, inseguridad, es lo que cada día se palpa más y más en Barcelona de un tiempo a esta parte. No hace falta ir muy lejos; sencillamente, comparar los datos computados de criminalidad entre el primer trimestre de 2017 y el de 2018.
Eso, numerar los actos criminales, es lo que ha hecho el Ministerio del Interior español a través de su Barómetro de Criminalidad. Los números no engañan: la inseguridad se ha disparado en Barcelona, porque se está convirtiendo en una ciudad en la que, por una mezcla de factores, la seguridad es un valor a la baja. Este mismo martes lo ha puesto en solfa Alberto Fernández, líder del PP en el Ayuntamiento: “La delincuencia y el incivismo han hecho su agosto”.
MÁS ROBOS Y HURTOS
La comparativa entre el primer trimestre de 2017 y 2018 muestran que las cifras de robos y hurtos (robos sin violencia, por resumir) se han incrementado más de un 20%, en números redondos. El delito que más crece de todos es el de hurtos: se ha pasado de 19.573 a 24.561. No le van a la zaga toda la retahíla de robos: de 2.489 a 2.764, los que fueron con violencia, y de 1.631 a 2.031, los que se dieron en domicilios, comercios y equipamientos.
VIOLACIONES Y PELEAS
Siguiendo con el muestrario del Barómetro de Criminalidad aplicado a Barcelona ciudad, se nota también el incremento en el número de violaciones (hablamos de agresión sexual con penetración), ya que se ha pasado de 27 en el primer trimestre de 2017 a 35 en este año. Tras los numerosos casos previos que pusieron la alerta en barrios concretos (los violadores de La Verneda o del Eixample), resulta que la inseguridad de las mujeres ha ido a más, a tenor de estas cifras.
Otro tanto hay que anotar en lo relativo a peleas (o riñas), que arrojan un balance de 805 cuando hace un año supusieron 747. Muchas de esas peleas han acabado con lesionados de toda índole, ya que en muchos casos se han empleado armas blancas. Curiosamente la cifra de homicidios consumados y asesinatos fueron menos este 2018 (sólo uno) por los 3 de 2017, aunque hay que tener en cuenta que, al tratarse del primer trimestre, no están computados algunos casos que se han dado estos últimos meses.
LOS BARRIOS MÁS AFECTADOS
El balance delincuencial en Barcelona va por barrios y, desde luego, los que se llevan la palma son los que forman parte del distrito de Ciutat Vella: Raval, Gòtic, La Barceloneta y Santa Caterina y la Ribera (con el Born como punto reurálgico).
La playa de La Barceloneta está llena de manteros, vendedores de cerveza o mojitos; en el Born, los comerciantes cuentan ya por decenas los robos y atracos; los narcopisos se multiplican en el Raval; en las Ramblas pululan vendedores de droga o captadores de clientes de clubs cannábicos, etcétera.
Cada barrio cuenta sus diferentes historias, historias desagradables que ilustran cómo muchos barceloneses ya sienten en sus propias carnes que están siendo expulsados de sus propias calles. Porque este Verano del 18 están perdiendo la batalla del espacio público. Un asunto que debería poner en alerta máxima al Ayuntamiento y cuestionar su modelo de seguridad ... que más bien parece de inseguridad.