Agentes de la Guardia Urbana y Mossos con unos manteros

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El pulso de la ciudad

La policía deja la vigilancia del 'top manta' en el Port en manos privadas

El control de la venta ambulante tendrá "una única patrulla policial" en el 'hall' de Renfe, según un documento interno de la Guardia Urbana

7 marzo, 2020 21:21

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La vigilancia del top manta queda en manos de seguridad privada en el Port de Barcelona. En el hall de Renfe de plaza de Catalunya con paseo de Gràcia, el control estará en manos de "una única patrulla policial". Los datos figuran en un documento interno de la Guardia Urbana al que ha tenido acceso en exclusiva Metrópoli Abierta.

En la comunicación, que se hace desde la Unidad de Soporte Policial (USP) de la Guardia Urbana, se deja bien claro que, desde el pasado día 2 de marzo, la vigilancia de la venta ambulante no autorizada queda, en el Port de Barcelona, en manos de "cuatro binomios de seguridad privada entre las 10.00 y las 22.00 horas. Las patrullas se reparten por Portal de la Pau-Rambla de Mar, Moll de la Fusta, Moll del Dipòsit y Moll de la Barceloneta-Passeig de Joan Borbó.

El texto de la policía local barcelonesa también indica que los vigilantes, en caso de requerir refuerzos, se dirigirán a la Policía Portuaria, los agentes de seguridad privada que controlarán Portal de la Pau-Rambla de Mar y Moll de la Fusta, y a la Guardia Urbana, las personas destinadas a las zonas del Moll del Dipòsit y Moll de la Barceloneta-Passeig de Joan Borbó.

EL HALL DE RENFE, CON UNA ÚNICA PATRULLA

El documento interno de la Guardia Urbana apunta también que en el hall de Renfe de paseo de Gràcia con plaza de Catalunya, los Mossos d'Esquadra harán la vigilancia entre las 11.00 h las 18.00 horas, y la Guardia Urbana, de 18.00 a 21.00 horas. La rotonda de las mismas instalaciones -el intercambiador ferroviario- estarán a cargo de la policía local de 11.00 a 21.00 horas. 

Este medio se ha puesto en contacto con la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) para conocer el alcance de la medida. El agente de la Guardia Urbana y secretario de Organización de CSIF en el Ayuntamiento, Eugenio Zambrano, dice que la decisión tomada "confirma los avisos lanzados por CSIF de que se quiere ir privatizando la seguridad en el espacio público". Para el representante sindical, "no se puede dejar en manos de la seguridad privada las funciones propias de la policía". 

LEY DE SEGURIDAD PRIVADA

Zambrano es de la opinión que, probablemente, éste es solo el primer paso de otros que vendrán más adelante, "como dejar la vigilancia de edificios públicos o de comisarías en manos privadas". La Ley de Seguridad Privada permite a los vigilantes el control de zonas muy delimitadas del espacio público, como las ferias de Navidad o un emplazamiento vallado en el que, por ejemplo, se haya producido una avería. Pero sostiene que "no son políticas eficaces ni eficientes" y defiende la necesidad de reforzar los cuerpos policiales con más recursos humanos y materiales.

Desde CISF se advierte que los agentes de seguridad privada "no pueden patrullar por las calles ni pueden hacer funciones de seguridad pública". A modo de ejemplo, Zambrano afirma que, en ningún caso, el consistorio puede poner a vigilantes a controlar el top manta en la Rambla, donde en distintas épocas del año la presencia de vendedores ambulantes es muy numerosa.