Ganna, enfrente del consulado de Rusia en Barcelona junto a su madre este jueves / GUILLEM ANDRÉS

Ganna, enfrente del consulado de Rusia en Barcelona junto a su madre este jueves / GUILLEM ANDRÉS

El pulso de la ciudad

Ganna, ucraniana en Barcelona: "Mi familia se refugia de las bombas en un subterráneo"

Residentes en la capital catalana piden a Europa que no sea indiferente ante la invasión de Rusia

24 febrero, 2022 15:21

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Ganna (31 años) sostiene una bandera de Ucrania junto su madre enfrente del consulado ruso en Barcelona. El centenar de personas que protestaba contra la invasión ordenada por el presidente Putin la madrugada de este jueves ya ha abandonado la avenida Pearseon, una calle rodeadad de elegantes residencias y exclusivos colegios. Pero esta especialista en Marketing Digital, formada en ESADE, aun tiene cosas que decir. "Me da mucha rabia. Para nosotros era muy obvio lo que iba a pasar, pero no para el resto del mundo. El silencio mata. Nosotros no invadimos ningún país. ¡Estamos intentando defender el nuestro!", exclama con lágrimas en los ojos.

 

Anticipándose a la guerra, el pasado domingo su madre aterrizó en Barcelona con su hija de 12 años. "El resto de mi familia y mis amigos siguen allí. No han podido salir. Mi padrastro se esconde en el subterráneao de su casa mientras escucha como caen las bombas. Mis amigos están bajo un parking. De momento todos están vivos, pero no sabemos qué ocurrirá en los próximos minutos", sigue la mujer. 

"ERA CUESTIÓN DE TIEMPO"

Ganna es una de las decenas de personas que se ha acercado hasta el imponente palacete donde se ubica el edificio consular de Rusia en Barcelona. Media docena de ellos explican a Metrópoli que la guerra era "cuestión de tiempo" y piden a la comunidad internacional que reaccione con contundencia. Comentan los vídeos que sus familiares les envían de bombardeos en diversas ciudades ucranianas mientras cargan y maldicen contra Putin. 

"¡Que le den!. ¿Qué más puedo decir?", comenta Mariia Rudenko, residente en Sitges desde hace tres años con su marido y su hijo de siete años. "Ahora no se puede estar en silencio. Ser indeferente es un crimen. Llevamos en guerra desde 2014, pero ahora ya es oficial. Era cuestión de tiempo", comenta. Ilina Bertash y su familia también llegaron a Barcelona tres años atrás con su marido y su hijo de 10 años. "Hoy se ha ido al colegio llorando por sus amigos. Mi padre está en Kiev, no tiene piernas y no se puede mover. Le he dicho que se aleje de las ventanas y que se quede en casa", explica.

Mariia Rudenko junto a su madre Larysa Rudenko este jueves en Barcelona / GUILLEM ANDRÉSniana

Mariia Rudenko junto a su madre Larysa Rudenko este jueves en Barcelona / GUILLEM ANDRÉSniana

 

REFUGIO EN EL METRO Y ZONAS RURALES

A Mariia los primeros bombardeos y ataques de artillería rusos sobre varias ciudades de su país tampoco le ha cogido por sorpresa. "Putin ha dicho claramente que Ucrania como nación no debería existir, que fue un gran error dejarnos ir y que seamos independendientes. De todos modos, no me termino de creer. De verdad que está ocurriendo esto en pleno siglo XXI?", suelta incrédula. A la protesta de este jueves, donde se pueden ver alguna bandera y banderola del país europeo, asiste también con su madre. En su caso llegó hace dos semanas y, como miles de ucranianos, no puede regresar a su casa. La guerra se ha cobrado la vida de, al menos, 40 personas, y ha obligado al cierre total del espacio aéreo.

Los ucranianos residentes en Barcelona explican que muchos de sus compatriotas están abandonado las ciudades y bucan refugio en las zonas rurales. El metro de Kiev alberga también a los que quieren protegerse de las bombas.

RUSOS EN BARCELONA CONTRA LA INVASIÓN

Frente al consulado ruso también se ha acercado un pequeño grupo de rusos que vivene en la ciudad y los alrededores. Al igual que sus vecinos han venido para oponerse a la guerra. "Putin no es mi presidente. Nos ha empujado a una guerra y al aislamiento. No tiene derecho a llamarse presidente", explica agitada Larissa, residente en la Ciudad Condal desde hace una década. Asegura que muchos rusos se han manifestado en ciuadades importantes como Sant Petersburgo para rechazar una invasión. Las protestas, dice, se saldaron con detenciones.