Desde hace unos días, en la plaza Sant Miquel -la contraplaza Sant Jaume-, donde se encuentra la entrada a las oficinas del Ayuntamiento de Barcelona, se hallan instaladas unas mesas y unas sillas donde pasar el día. Sirven para todo: para descanso momentáneo de los turistas, para echar un vistazo a un mapa de la ciudad, para tomarse un bocata rápido o, sencillamente, para echar una partidita de dominó con los amigos -es el caso que refelja la foto.
Desde el consistorio han querido darle una cierta utilidad al espacio, junto al parque infantil y al lado de la cola -a veces enorme- a la que van a parar los extranjeros para acceder a las oficinas de atención ciudadana. De momento, la gente responde.
Se supone que cuando acabe el verano, todo volverá a la normalidad: ni mesas, ni sillas... ni dominó con los amiguetes.