La plaza Roquetes en Nou Barris

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Adiós a la antigua plaza Roquetes de Nou Barris: Barcelona invierte cinco millones para darle la vuelta en un año

El Ayuntamiento obliga a utilizar sólo un material, similar al utilizado en otras zonas del barrio, al tiempo que hará del lugar un eje verde

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La plaza Roquetes, en el distrito de Nou Barris, está a punto de convertirse en historia pasada. El ayuntamiento firmó el pasado 15 de enero el contrato para la reurbanización de la nueva plaza con la compañía M. i J. Grúas. La obra, que deberá estar terminada en enero de 2026, costará 4.948.147 euros. El consistorio dejó en manos de la empresa pública Barcelona d’Infraestructures Municipals (BIMSA) la ejecución de las obras.

El proyecto consiste, según la información técnica del mismo, en construir “una nueva plaza Roquetes intentando un encaje urbano delimitado por los nuevos equipamientos, el nuevo mercado en la esquina de la calle Aiguablava con la calle de les Torres y el nuevo equipamiento, sin uso definido, que ocupa parte del volumen del antiguo mercado, limitando el Camí Vell de la Pedrera”.

Un solo material

La nueva plaza se unificará en imagen con otros espacios existentes en el distrito. De hecho, el Ayuntamiento obliga a que la plataforma de la plaza se construya con un solo material, es decir, el adoquín de cerámica que ya se ha usado antes en otras plazas, con lo que da una uniformidad al urbanismo de Nou Barris. Ese material, según el Ayuntamiento, funciona “como una alfombra permeable”.

Sede del distrito de Nou Barris

Sede del distrito de Nou Barris WIKI

El nuevo espacio urbano estará en el cruce de Via Favència y Via Júlia. “Se entiende como una gran plaza arbolada, una plataforma polivalente que da acceso a los equipamientos y donde se puedan llevar a cabo actividades ciudadanas, abierta visualmente a la esquina sur mediante una escalinata continua”.

Ejes verdes

La plaza limita con la zona alta mediante taludes encintados con planchas de acero. Además, se plantea “una conexión arbolada a través de la plaza, que conecta Via Favència con los ejes verdes de la plaza de Les Dones y el Pla de Fornells”. Estos dos espacios se encuentran a una relativa corta distancia de la nueva plaza Roquetes.

Se trata, pues, no sólo de un lavado de cara, sino de una reurbanización en profundidad de la zona, una vieja reivindicación del vecindario. La plaza Roquetes ha sido, tradicionalmente, uno de los puntos de encuentro más importantes del barrio.

En su origen, este espacio había sido un barranco entre las calles Mina de la Ciutat y Vidal i Guasch y en ese rincón celebró sus primeras reuniones la Asociación de Vecinos de Roquetes. De ahí partían también todas las manifestaciones vecinales para reclamar mejoras.

Una mina de champiñones

En la plaza se encontraba también la entrada a una mina de champiñones, que se extendía por debajo de la calle Mina de la Ciutat. En los años 90 del pasado siglo, se urbanizó la plaza original, tras muchos problemas por la orografía del lugar. Ahora, la plaza dispone de ascensor y escaleras mecánicas que la conectan con las partes alta y baja del barrio.

Esta obra complementa una amplia remodelación de distintos espacios del barrio, desde la reurbanización de la plaza Verdum hasta las de las escaleras de Matagalls o las de Rasos de Peguera. Este mes de febrero, se realizará también el ajardinamiento de esas obras, plantando más de 80 árboles en los espacios reformados recientemente, una vez pasada la emergencia por la sequía.

18 ofertas por las obras

El suculento contrato de la nueva plaza Roquetes hizo que una gran cantidad de empresas constructoras se interesasen por el concurso público abierto por el Ayuntamiento. En total, se presentaron 18 compañías para hacerse con el pastel, todas ellas con una dilatada experiencia en obra pública y que periódicamente licitan obras con las distintas administraciones públicas.

De las 18 candidatas, los técnicos municipales descartaron cuatro por presentar ofertas económicas inusualmente bajas, lo que se denomina baja temeraria. Requeridos sus representantes para que presentasen informes justificativos de las ofertas, una de ellas no entregó la documentación requerida y los informes de las otras tres no convencieron a los responsables municipales, que las eliminaron de las pujas.

El consejo de administración de BIMSA aprobó el acuerdo de adjudicación a M. i J. Grúas por unanimidad, con 13 votos a favor y una abstención, perteneciente al concejal de Vox Liberto Senderos. La oferta de la adjudicataria fue de las más económicas, aunque en los aspectos técnicos obtuvo también una elevada puntuación, por lo que finalmente se llevó el contrato.