Carteles en el centro de Barcelona con el anuncio de la convocatoria de Barcelona es imparable / MA

Carteles en el centro de Barcelona con el anuncio de la convocatoria de Barcelona es imparable / MA

Información municipal

Todo lo que teme Colau del movimiento social Barcelona es imparable

Las entidades adheridas se manifiestan este jueves para que la alcaldesa active políticas económicas, urbanísticas y de movilidad alternativas a las que ha impuesto

20 octubre, 2021 00:00

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Entidades sociales, vecinales y relacionadas con el comercio, dirigentes de la sociedad civil de Barcelona que quieren que el equipo de gobierno del Ayuntamiento rectifique sus políticas de económicas, urbanísticas y de movilidad y que el conjunto de los barceloneses sepa lo que tiene entre manos. Ese es el gran objetivo de la plataforma cívica Barcelona es imparable, que tiene como portavoz a Gerard Esteva, presidente de la UFEC, (Unió de Federacions Esportives de Catalunya), y que puede complicar la recta final del mandato de la alcaldesa Ada Colau, pero, principalmente, puede incitar a una gran participación en las elecciones municipales de 2023.

Y ese es el principal temor de la alcaldesa Colau y de los comunes, que accedieron a la alcaldía de la ciudad con un escaso apoyo electoral, pero se beneficiaron de la fragmentación política existente. Los comunes obtuvieron 156.493 votos de un total de 755.993 sufragios, 4.000 votos menos que ERC, que ganó los comicios con 160.990 apoyos, el 21,35% del total. La participación fue del 66,17%, muy superior a lo que ocurrió posteriormente en las elecciones autonómicas catalanas, en febrero de 2021, con una participación del 53,54%, que en la ciudad de Barcelona subió ligeramente hasta el 53,75%. En esas elecciones autonómicas, los socialistas fueron la primera fuerza en Barcelona con claridad, con 531.657 votos, el 25,05%, por los 433.356 de ERC, que quedó segunda con el 20,42%, mientras que los comunes quedaron muy por debajo con 164.755 votos, el 7,76%.

APOYO ELECTORAL

En las municipales de 2019, no entró la CUP, que se quedó a un punto porcentual de llegar al mínimo del 5%, que garantiza la representación en el consistorio. El PP la consiguió por muy poco, un 5,01% y logró dos concejales. La gestión de Colau, por tanto, se basa en un apoyo electoral muy pequeño con una participación que fue alta en aquel momento y que es posible que no se repita en 2023. En tercer lugar, quedó el PSC, con 138.746 votos, el 18,40%, que le posibilitó ocho concejales, por los 10 de ERC y los 10 de los comunes.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en una entrevista 

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en una entrevista 


Superar la participación de 2019 o como mínimo igualarla es lo que pretende la plataforma Barcelona es imparable, que ha llamado a la movilización en la plaza Sant Jaume este jueves, con el apoyo de gremios, entidades vecinales, asociaciones y comerciantes que se sienten agraviados por las políticas del equipo municipal. Si se vota más, será más caro lograr un concejal, y el apoyo a Ada Colau se vería diluido por el resto de fuerzas políticas, que, en todo caso, deberán ser capaces de llegar a acuerdos transversales. Ese es el espíritu de la movilización de este jueves. Y los comunes son conscientes de ello, que tampoco tienen claro cómo podrían, tras los comicios, mantener un acuerdo con el PSC o con ERC para conservar la alcaldía

Fuentes conocedoras de cómo se ha gestado el movimiento, insisten en que de esa plataforma no surgirá una candidatura municipal,–-aunque se verá en función de cómo evolucione– que podría representar el propio Gerard Esteva, bien conectado con círculos económicos de la ciudad y con exconvergentes que ahora figuran en JxCat. Lo que se pretende es que los partidos representados ya en el consistorio se interesen por las propuestas de la plataforma y empujen en una misma dirección para cambiar el rumbo de Ada Colau. Quien ya se ha interesado es el socialista Jaume Collboni, que se reunirá con esas entidades la próxima semana.

VOTAR POR PROYECTOS CONCRETOS

En ese tejido asociativo –Gremi d’Hotels de Barcelona, Tsunami Veïnal, Federació d’Estudiants de Catalunya, Barcelona Oberta, Gremi del Motor de Barclona, el Reial Cercle Artístic o la UFEC, entre otras entidades– “existe una gran pluralidad política”, señalan las mismas fuentes, y no está identificado con uno u otro partido, aunque hay sensibilidades más cercanas a Junts per Catalunya y al PSC. Dependerá, –se incide en ello– en cómo respondan los partidos a esa movilización y a las propuestas que se desarrollen principalmente a partir del mes de enero. De toda esa actividad lo que se persigue es que la sociedad se movilice, que vea en las próximas elecciones –aunque puedan quedar ahora lejos– una oportunidad única para darle una vuelta a la situación de la ciudad.

El movimiento ha interesado de forma especial a Junts per Catalunya y a su candidata a la alcaldía, Elsa Artadi, con la intención de aprovechar el posible tirón o buscar acuerdos en los próximos meses. Sin embargo, no hay nada pactado ni negociado: conversaciones hay muchas, en múltiples direcciones, pero lo que se busca justo ahora es “agitar las aguas”, y poner “caro” la obtención de un concejal, y eso “solo se consigue con una gran participación”, insisten las fuentes consultadas, que tienen claro una premisa: si la ciudadanía vota en masa en función de proyectos concretos, Colau o la candidata o candidato de los comunes, no estará al frente de la alcaldía de Barcelona a partir de 2023.