Ada Colau, Jordi Martí y Joan Subirats en una imagen de archivo / AJUNTAMENT DE BARCELONA

Ada Colau, Jordi Martí y Joan Subirats en una imagen de archivo / AJUNTAMENT DE BARCELONA

Información municipal

MagmaCultura, la empresa bajo sospecha que venderá el merchandising del Ayuntamiento

La compañía ha tenido que afrontar huelgas cada año en los centros culturales que gestiona tras adjudicaciones públicas

12 septiembre, 2020 00:00

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La compañía MagmaCultura será la encargada del servicio de venta de publicaciones y merchandising del Ayuntamiento de Barcelona durante los dos próximos años. Esta compañía firmó el pasado 31 de julio un contrato con el consistorio por un monto total de 128.260 euros para ese cometido durante el próximo año, pero el contrato puede ser prorrogado durante otro ejercicio por un precio similar, por lo que la adjudicación definitiva ascendería a más de 256.500 euros.

El trabajo a realizar por MagmaCultura tiene dos vertientes: por un lado, la compañía adjudicataria debe vender las publicaciones municipales en la librería que posee el consistorio en la Sala Ciutat, ubicada en la calle Ciutat número 2. En ese espacio, se venden no sólo publicaciones, sino artículos de merchandising. La empresa debe gestionar todo lo relacionado con la venta, así como los stocks y las entradas y salidas de material. Asimismo, debe realizar dos recuentos anuales de las existencias. También debe de realizar informes diarios, mensuales y anuales sobre la actividad de la librería (ejemplares vendidos, total de las ventas, total de visitantes y clientes y tipologías de los libros), así como de las incidencias, sugerencias y reclamaciones que se hagan.

TRABAJO EN FERIAS

Por otro lado, MagmaCultura deberá realizar un servicio extraordinario que consiste en la “venta de publicaciones y atención a los visitantes de los estands del Ayuntamiento en ferias como la Semana del Libro en catalán o la Feria Liber, en acontecimientos como Sant Jordi o La Mercè, en actos de presentación de publicaciones y en otras actividades relacionadas con el mundo editorial”. Este servicio se realizará solamente dentro del término municipal de Barcelona.

Para la empresa adjudicataria, el contrato supondrá empleo para un coordinador que deberá emplear 16 horas mensuales (o sea, 384 horas en los 24 meses de duración del contrato). Según el pliego de prescripciones técnicas, esa persona debe supervisar el desarrollo del servicio, así como coordinarse con los técnicos del Ayuntamiento y asistir a las reuniones periódicas con la dirección de Comunicación. Además, deberán emplearse otras tres personas, una en horario de mañana, otra de tarde y una tercera para las mañanas de los miércoles, de 10 a 14 horas. También deberá aportar un responsable de la librería, tarea que puede desarrollar una de esas tres personas y que será la que realice los pedidos de la reposición de libros y elabore los informes.

En los acontecimientos extraordinarios, deberá disponerse de personal extra. En Sant Jordi, por ejemplo, deberán emplearse a 8 personas (cuatro de ellas de 10 a 15 horas y otras cuatro, de 15 a 20 horas). En la Mercè, se emplearán cuatro personas en dos turnos el día 24 de septiembre con esos mismos horarios. En total, los actos extraordinarios de eventos necesitarán 16 personas que trabajarán un máximo de 404 horas en los dos años de contrato. Todas ellas deben tener una formación mínima de Bachillerato o ciclo formativo en grado medio, experiencia de dos años como mínimo en tareas de atención al público, conocimientos de informática a nivel de usuario y dominar catalán, castellano e inglés.

PROPIEDAD DE LA FAMILIA DUART

MagmaCultura es una empresa cuyo presidente es Artur Duart, hermano del secretario general de Interior de la Generalitat, Brauli Duart, antiguo presidente de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). Otro hermano, Francisco Duart, también forma parte del consejo de administración de Magmacultura. Esta compañía fue la que se hizo cargo de la oficina técnica sobre 1714 que creó la Generalitat para conmemorar los 300 años de la ocupación de Cataluña por parte de España.

La actuación de esta compañía ha sido fuertemente criticada desde ámbitos sindicales. Con el Ayuntamiento, MagmaCultura ha obtenido multitud de contratos dependientes del Instituto Municipal de Cultura (Icub). También han sido periódicos los conflictos laborales, ya que en los últimos años las huelgas del personal han sido moneda corriente.

Brauli Duart, secretario general de Interior de la Generalitat y hermano del director de MagmaCultura, Artur Duart / EFE

Brauli Duart, secretario general de Interior de la Generalitat y hermano del director de MagmaCultura, Artur Duart / EFE


EL ÚLTIMO CONFLICTO

El último conflicto ha sido con motivo del despido de 36 trabajadores del Museo Picasso. El 2 de julio pasado, estos empleados recibieron un correo en el que se les notificaba su inclusión en un expediente de regulación de empleo. “A pesar de ello, el Museo Picasso ya llevaba casi un mes con sus puertas abiertas y permitía la visita al centro desde el pasado 12 de junio”, detalla un escrito del sindicato Solidaridad y Unidad de los Trabajadores (SUT). Según esta central, “la situación de la plantilla, activamente reivindicativa, ha pasado de la ‘seguridad’ laboral prometida por el Ayuntamiento al despido de más de un tercio de los trabajadores”.

El día en que se promulgó el decreto de alarma, los trabajadores tuvieron que echar a los visitantes del museo “en una situación estrambótica” y quedaron en situación de permiso retribuido hasta el 12 de junio, pero MagmaCultura sí presentó ERTE para los trabajadores de centros privados, como la Sagrada Familia. Poco antes del 12 de junio, la empresa “se puso en contacto telefónicamente con una pequeña parte de los trabajadores del Museo ofreciéndoles volver al trabajo, pero con unas condiciones contractuales diferentes a las anteriores al estado de alarma, mientras que no dio ninguna comunicación al resto de la plantilla, que no tenía información sobre la situación en la cual se podía quedar”.

COLAU, EN EL PUNTO DE MIRA

Finalmente, el 2 de julio comunicó el despido de 36 de los 85 trabajadores adscritos al Museo Picasso. Según el SUT, MagmaCultura comenzó a negociar el ERE el 11 de junio, aduciendo la modificación del contrato por parte de la Fundación Museo Picasso, que preside Ada Colau. Pero esa modificación no se produjo hasta el 12 de junio, es decir, un día más tarde del planteamiento del ERE, lo que da pie a los trabajadores a denunciar que “la empresa ya tenía en mente hacer los despidos”.

Asimismo, denuncian al Ayuntamiento porque la modificación del contrato “contradice lo establecido en el decreto de alcaldía de 17 de marzo, que garantiza la estabilidad de los puestos de trabajo, al menos, hasta el fin del estado de alarma que llegó el 21 de junio”. Por ello, acusan directamente a Ada Colau de que “ha roto sus reglas del juego al haber permitido saltarse su propia ley para despedir a unos trabajadores que han participado en varias jornadas de huelga en los últimos años”.

HUELGAS PERMANENTES

El año pasado, el SUT convocó huelga en varios de los centros gestionados por MagmaCultura, como el Macba y el CCCB. En un escrito de este sindicato se denunciaba que “MagmaCultura se publicita en su comunicado como una empresa que paga salarios que se ajustan al convenio del sector, que ha colaborado con la mesa de trabajo convocada por el Icub, etc. Lo que no explica es que las tablas salariales son diferentes en cada centro de trabajo (con diferencias salariales entre centros de hasta 4 euros por hora para el mismo puesto de trabajo) o que las jornadas máximas anuales son de 1.695 horas en algunos centros, mientras que en otros son de 1.809 horas, es decir, 114 horas anuales de diferencia. Estas discriminaciones son algunos de los motivos de la huelga”.

En 2019, la huelga contra esta empresa se extendió al Museo Picasso, a la sala Ciutat (que ahora le ha vuelto a ser adjudicada por dos años), al Museu del Disseny, al Arxiu Històric, a Fabra i Coats, al Museu de la Música, a la Fundació Tàpies y al CCCB. El sindicato SUT denuncia también que al comité de empresa de MagmaCultura lo votaron sólo 70 de un total de 549 trabajadores, lo que quiere decir que sólo tiene el apoyo de un 13% de la plantilla. Y lanzaba dardos contra los responsables municipales: “La reacción del Icub y de las empresas subcontratistas ante las convocatorias de huelga es siempre de sorpresa porque, según la institución y las empresas, las condiciones de los trabajadores son ya satisfactorias. Esto equivale a una extrema capacidad de autosugestión y autoengaño o bien, más probablemente, a una estrategia de cara a la opinión pública”. En todo caso, los conflictos laborales se reproducen cada año.