Imagen de dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona en un dispositivo / AJBCN

Imagen de dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona en un dispositivo / AJBCN

Sucesos

Abogados: "No se debería hablar, pero existen las filtraciones"

Los letrados recuerdan que los funcionarios públicos no deberían pasar "datos sensibles", como pide el Ayuntamiento, aunque reconocen el flujo de información

31 marzo, 2022 00:00

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Sobre el papel no debería pasar, pero ocurre. Los abogados de agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad y letrados penalistas recuerdan a Metrópoli que el flujo informal de datos entre policías y periodistas, como el que pretende evitar el Ayuntamiento de Barcelona, se debería circunscribir a la información oficial, aunque admiten que la realidad desborda la teoría, pues las filtraciones existen.

Uno de los abogados de referencia de las fuerzas del orden en Cataluña, José María Fuster-Fabra, ha explicado que “no recuerda casos judiciales” contra funcionarios que transmitieran información a los reporteros de forma oficiosa. Si hubo alguno, se trató de “investigaciones en juzgados de posibles filtraciones que se hayan podido producir, especialmente en piezas bajo instrucción declaradas secretas”. “Desde un punto de vista técnico-jurídico, es evidente que no es buena idea que un policía revele secretos de una investigación, pues se rige por los códigos de su ámbito profesional, pero hablar se puede hablar”, ha valorado.

"UN MOSSO SANCIONADO, GANÓ"

“Esto es como un abogado, que no puede revelar lo que le contó su cliente, pues está regido por el secreto profesional”. Hay excepciones. “Es evidente que pasa, pero el Colegio de Abogados de Barcelona (Icab) no indicará con quién tiene que hablar o no hablar un colegiado. O en el caso de los sindicatos, es evidente que tienen reivindicaciones concretas y les gusta elevarlas a la opinión pública para su posterior debate”.

¿Hay precedentes de persecución judicial por trasladar datos a periodistas en Cataluña? “No los recuerdo. Sí hubo una sanción administrativa a un agente de los Mossos d’Esquadra constitucionalista porque se fotografió con uniforme ante una comisaría. Pero se recurrió y fue anulado en la jurisdicción contenciosa”, ha apostillado. 

Dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona en una imagen de archivo

Dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona en una imagen de archivo

ADOLF BAS: “MIS CLIENTES LO SUFRIERON”

Por su parte, Adolf Bas, fundador del área penal del bufete barcelonés Marimon & Bas, recuerda que la circular enviada por la jefatura de Guardia Urbana a los más de 3.000 agentes "tiene fundamentación" por cuanto "una autoridad pública, incluido un policía, no puede filtrar información reservada". El letrado subraya que esta conducta "puede contravenir los códigos internos y hasta ser delictiva". 

El propio Bas desliza no obstante que él mismo como abogado "ha sido víctima de las filtraciones, que efectivamente se producen". Puede ser "un policía, una autoridad o un funcionario", que transmite información de un caso sub júdice "para menoscabo de una de las partes involucradas". 

"SON DELITOS MUY GRAVES"

A renglón seguido el letrado aclara que el delito de revelación de secretos se centra en "la difusión de información a personas por parte de alguien que tiene acceso a los datos pero no cuenta con autorización para hacerlo". Esta conducta es "especialmente grave" en el caso de datos personales tales como el historial médico de una persona. 

"Cabe recordar que aunque existan las filtraciones, el Código Penal tipifica como delitos graves esta transmisión ilícita de información. Sobre todo si se trata de información íntima o personal, como la tendencia sexual o los antecedentes penales", apostilla el mismo experto, que recuerda el marcaje de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD). "Fíjese que en las ejecutorias penales, los abogados defensores no podemos ni fotocopiar los antecedentes penales de nuestro cliente. Solo los podemos consultar", recuerda. 

DAVID SANS: "DEPENDE DE CUÁN SENSIBLE ES UNA INFORMACIÓN"

El abogado penalista de Barcelona David Sans aporta otra consideración. "Depende del estado y la sensibilidad de la información" transmitida del policía al periodista. Como norma general, agentes de la fuerza pública no deberían trasladar datos a los periodistas de forma oficiosa. "Salvo que se trate de filtraciones calculadas y destinadas a que la ciudadanía reaccione y aporte datos para estimular una investigación en marcha", opina. 

Sans añade que "es especialmente grave filtrar datos de una investigación en curso". En este caso, "existen delitos concretos como la revelación de secretos o relativos a la custodia de documentos públicos" que pueden encajar con esa tipicidad. 

"SON DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN"

El letrado enfatiza que estos tipos penales son "contra la administración pública" y "graves". Que existan, no obstante, no quiere decir que "no pase algo que no debería pasar, como son las filtraciones". 

El abogado constata que "ejemplo de ello son las causas judiciales, sobre todo las grandes, en las que la información fluye no siempre con el control deseado, y a veces aparece publicada en la prensa antes de que se notifique a las partes". Estas prácticas "no deberían existir, pero ocurren" en el día a día judicial. 

Voseller: "Amparados por la libertad de prensa"

Por último, desde Vosseler Abogados, recuerdan que la uniformidad de la información es complicada, pues "cada ente tiene su propio gabinete de prensa". Fiscalía tiene uno y las policías tienen otro. Ante ello, se producen filtraciones "antes incluso de que la información llegue a las partes", explica Daniel Salvador, abogado del despacho. 

Las fugas de información, no obstante, están matizadas "dependiendo de la gravedad del caso" y raramente se persiguen "porque el trabajo de los reporteros acostumbra a estar amparado por la libertad de prensa".