Las dificultades para la movilidad y la soledad suelen ser dos de los peores acompañantes de muchas personas mayores, por desgracia demasiado habituales en la sociedad actual. A las barreras físicas, como los edificios antiguos sin ascensor, se unen muchas veces las situaciones familiares, trabajo o lejanía de los familiares, que les impiden recibir una atención adecuada a sus necesidades.
El aumento de la esperanza de vida y los cambios en los modelos de familia han dado paso a situaciones en los que las personas de mayor edad llegan a sentirse solas, con dificultades para mantener vínculos sociales que pueden derivar en problemas psicológicos de consecuencias inprevisibles.
Para luchar contra ello, la Coordinadora d'Entitats del Poble Sec lleva a cabo programas de ayuda a las personas que sufre estas situaciones de soledad y aislamiento. Se trata de las iniciativas Acompanyament a la Gent Gran y Baixem al Carrer, que cuentan con el apoyo de la Fundación La Caixa, con las que se intenta paliar en los posible las situaciones de desamparo en las que se ven inmersas algunos ancianos del barrio. Laura y Eva son las coordinadoras de ambos proyectos.
“La iniciativa Baixem al Carrer está dirigida a aquellas personas que están en riesgo de quedarse encerradas en su casa sin poder salir a la calle por motivos arquitectónicos u por otras circunstancias”, afirma Eva. Se trata de un proyecto que funciona desde hace ocho años y nació para ayudar a las personas mayores que tienen pocas opciones de salir de su casa sin ayuda. “Hacemos salidas en grupo los viernes por la mañana. Trabajamos con voluntarios, aunque hay casos especiales en los que recibimos ayuda de especialistas de la Coordinadora d'Entitats del Poble Sec que nos ayudan en los casos más complicados. Además, tenemos una silla mecanizada especial. Las salidas con personas que están en esta situación y los auxiliares son casi diarias y en la medida de lo posible intentamos que estas personas participen en las salidas en grupo”.
Los voluntarios que colaboran en el proyecto reciben unas nociones básicas sobre el manejo de sillas de ruedas ya que muchos ancianos se ven obligadas a moverse en ellas y en sus primeras salidas siempre van acompañados de voluntarios que las ayudan. “Además, cada semana hacemos un seguimiento de cómo han ido las cosas y conforme vamos viendo la evoluciòn de los voluntrios van tomando más autonomía”, afirma Eva. “Queremos que este tipo de acompañamiento no sea solo físico, sino que sea también social y emocional. Por eso estamos en permanente contacto con los voluntarios y los usuarios”, añade.
Voluntarios y usuarios realizan actividades conjuntas y “participan en las actividades del barrio, en grupo, salidas al teatro, a tomar un café o simplemente al parque. También hacemos actividades deportivas adecuadas para las personas mayores. Y los propios usuarios nos hacen propuestas de lo que quieren hacer y, si es posible, las hacemos”.
ACOMPAÑAMIENTO NECESARIO
Por otro lado, el proyecto Acompanyanment a la Gent Gran va dirigido a aquellas personas que pasan la mayor parte de su tiempo en soledad en su casa y se les ofrece la posibilidad de estar acompañados durante unas horas.
“De la misma forma que en el proyecto Baixem al Carrer, funcionamos con voluntarios”,afirma Laura, coordinadora del proyecto. “Hacen visitas semanales a las personas que no lo necesitan, que pasan mucho tiempo solas y a las que les ayuda mucho tener gente a su lado”.
Los voluntarios también reciben nociones sobre cómo actuar en las diferentes situciones en las que se pueden encontrar, “además de que intentamos que haya feeling entre voluntario y usuario. Si uno de los dos no está a gusto por cualquier motivo, cambiamos”, reconoce Laura.
Pero los usuarios no solo reciben las visitas de los voluntarios. “Normalmente hablamos con ellos por teléfono todas las semanas y les visitamos personalmente al menos una vez al mes para saber como están. También reciben otro tipo de asistencia, además de la de sus familiares”,afirma Laura. ”No están desatendidos, aunque pasan muchas horas el día solos. Pero nosotros procuramos tenerlos atendidos y saber cuáles son sus necesidades y si estas cambian con el tiempo. Lo importante para nosotros es que tengan buena calidad de vida”.
Laura expone, como ejemplo, uno de los casos más difíciles con los que han tenido que trabajar. “Tenemos el caso de una señora que no había salido de su casa en 12 años. Y al principio le costó mucho. Tenía miedo de salir de su zona de confort ya que había generado una inercia y lo que el principio era un pequeño esfuerzo luego se convirtiò en un gran esfuerzo. Hemos trabajado con ella durante más de un año y hemos logrado que salga de su casa dos veces al año”.
Las iniciativas Baixem al Carrer y Acompanyament a la Gent Gran atienden a unas 40 personas del barrio del Poble Sec, aunque la cifra es variable. Y sus responsables mantienen un contacto continuo tanto los servicios sociales como con los servicios médicos para estar al tanto de cualquier incidencia o cambio sustancial que pueda afectar a la calidad de vida de las personas que están incluidas en ambos proyectos.