Las necesidades de las personas vulnerables, sobre todo cuando se trata de familias con niños pequeños, van más allá de la alimentación. Las personas en riesgo de exclusión social precisan un apoyo integral, una ayuda que les permita recuperar la autoestima y la dignidad, que les ayude a afrontar los retos diarios con seguridad.
La Fundació Canpedró, que cuenta con el apoyo de la Fundació La Caixa, se implantó en Barcelona con una idea clara: dar cobertura a todas las necesidades básicas de personas y familias en riesgo de exclusión social. Por eso, ofrece desde servicio de comedor hasta lavandería, pasando por temas tan importantes como la higiene y la atención a los menores de edad.
“Llegamos a Barcelona tras haber estado en muchos otros sitios de Catalunya.”, cuenta Teresa Villoro, directora de la fundación en Barcelona. “Recibimos una donación y pensamos que todos lo que habíamos aprendido y toda la experiencia acumulada que teníamos podía ser muy útil. Así que decidimos abrir un centro en este distrito”, el de Sants-Montjuïc, “ya que vimos que quedaban algunas necesidades por cubrir”.
Canpedró quiere que los usuarios se sientan como en casa. Y eso resulta fácil visitando la vivienda en la que se encuentra el centro. Su distribución, los colores de las paredes... Desde la entrada todo es acogedor. “Nuestro espacio es muy acogedor”, dice Teresa, “ya que queremos que las personas se sientan como en casa. Aquí recibimos tanto a personal en situación de vulnerabilidad como a familias con niños. Y somos el único centro de Barcelona con este perfil. Atendemos a unas 80 personas diariamente”.
ATENCIÓN INTEGRAL
En el centro, las personas que lo necesitan pueden ducharse y lavar su ropa. “Individualizamos las necesidades de las personas, que no solo tienen hambre. La vulnerabilidad y la exclusión social hacen latentes muchas necesidades que queremos cubrir. Hay personas que no tienen ni luz ni agua. Por eso tenemos baños asistidos, servicio de lavandería y todo un espacio para el comedor donde los usuarios pueden volver a crecer como personas, a tener su identidad, a ser visibles ante todos”.
Y es precisamente en el servicio de comedor donde quieren que las familias se sientan unidas. Por eso acceden padres e hijos. “Aquí pueden venir las familias con niños, incluso han venido desde recien nacidos. Y también adolescentes, que están en escuelas sin servicio de comedor. Cuando salen, vienen aquí y comen con nosotros. Y hablamos de los estudios y de sus cosas, pasa saber cómo les va. Y están muy integrados”, relata Teresa.
La fundación ofrecer una imagen acogedora y familiar / CR
En la fundación consideran básico el servicio de lavandería. Teresa lo explica diciendo que “las personas que lo necesitan, traen su ropa, se la lavamos y la planchamos y se la devolvemos. Nosotros pensamos que para evitar la exclusión social es importante la autoestima. Y si la gente no te ve bien, uno mismo no se ve bien, y eso es malo. Por eso le damos mucho valor al cuidado de la imagen”.
Igualmente considera que la higiene es importante. “Ofrecemos un servicio de ducha, al que pueden acudir las familias y aquellas personas que por cualquier razón no tienen fácil acceso a ella. Acuden también personas mayores que por cualquier causa no pueden ducharse solas en casa. Vienen acompañadas de su asistente social. Aquí tienen de todo”, cuenta la directora del centro.
AYUDA A LOS NIÑOS
La atención a las familias les permitió conocer las necesidades de los niños. Mantenerlos atendidos durante los fines de semana y periodos vacacionales se hizo promordial. Por eso, la Fundació Canpedró puso en marcha otro proyecto destinado a los más pequeños. “Tenemos un local en el que hacemos actividades para los niños los fines de semana y las vacaciones”, dice Teresa. “Comen y cenan con nosotros y, además, realizan actividades. Lo llamamos Petits Dinars y lo tenemos subcontratado a la Fundació Pere Tarrés, especializada en el trato con los niños. Necesitamos responsabilidad y profesionalidad, aunque nosotros somos los que coordinamos todo”.
Los niños reciben una atención especial en la fundación / Fundació Canpedró
Otros proyectos que tienen en marcha son el llamado Cop de mà, con el que intentan ayudar a las personas que se encuentran en plena búsqueda de trabajo; otro con el que dan ayuda a los niños a mejorar su inglés; y un tercero en el que, con la colaboración de un joven cocinero de prestigio, ofrecen un servicio de catering en el que colaboran seis usuarios del comedor que aprenden a cocinar, a los que se firma un contrato por obra, dándoles una formación y una motivación que les puede abrir las puertas del mundo laboral.
Alrededor de 260 voluntarios colaboran con la Fundació Canpedró en todos los proyectos que desarrolla. “Sin voluntarios que entiendan nuestra filosofía”, dice Teresa, “esto sería un comedor más. Tenemos nuestra propia identidad, nos acercamos a los usuarios y empatizamos con su problemática”.