El Metro de Barcelona se prepara para experimentar profundos cambios. El suburbano barcelonés, que el año que viene cumplirá cien años, ha experimentado multitud de ampliaciones y ramificaciones, hasta contar con las ocho líneas y 165 estaciones actuales.
Como se puede ver en el siguiente vídeo elaborado por Metro Liner, en 2050, el Metro de Barcelona podría llegar a tener un total de 195.6 kilómetros, conectando ciudades como Sant Feliu, Esplugues o Sant Joan Despí. La línea más larga del metro sería la L9, con 37.5 kilómetros, que uniría el Aeropuerto Terminal de Càrrega y La Ribera hasta Can Peixauet y Can Zam, en Santa Coloma de Gramenet.
ANTECEDENTES
Gran Metro, que data de 1921, no fue la primera empresa en constituirse para construir una línea de metro en Barcelona, pero sí que fue la primera en inaugurar y explotar el primer ferrocarril metropolitano de la ciudad el 30 de diciembre de 1924, con un tramo de 2.714 metros y cuatro estaciones, Lesseps, Diagonal, Aragó (el actual paseo de Gràcia) y Catalunya. Posteriormente, se abría al servicio, el 1 de mayo de 1925, la estación de Fontana, y el 5 julio del mismo año se ampliaba la línea hasta Liceu, en el corazón de La Rambla.
El proyecto para dotar a la ciudad de metro venía de mucho antes de diciembre de 1924. Se le consideraba el sistema de transporte del futuro para las grandes ciudades. Londres, Nueva York y otras grandes ciudades ya tenían metro, y la capital catalana también quería tenerlo.
PRIMER MOVIMIENTO
El primer movimiento vino en 1907, de la mano de los ingenieros Pau Müller y Octavio Zaragoza, cuando pidieron una concesión de ferrocarril subterráneo que debía unir la Ciutadella con la Bonanova. El Estado aprobó el proyecto en 1912, pero no se encontró financiación y quedó parado. También en 1912, otro ingeniero, Fernando Reyes, presentó un segundo plan de metro que pretendía cruzar Barcelona desde Sants hasta Sant Martí. El dinero fue nuevamente el obstáculo que retrasó el proyecto.
No fue hasta después de la Primera Guerra Mundial cuando bancos y empresarios se atrevieron a apostar por los proyectos del metro en Barcelona. Así, en marzo de 1921, el Banco Hispano Colonial, la compañía Tranvías de Barcelona, SA, Ferrocarriles de Catalunya y el consorcio Arnús-Garí se unieron al Banco de Vizcaya para constituir la sociedad Gran Metropolitano de Barcelona, SA.