Spanish Revolution es un portal de Internet que ingresa donativos en una cuenta de Caixabank para crear “un medio libre, que informa a los que luchan para que las democracias funcionen y denuncia las injusticias de este sistema”. Con poco más de mil “aliadas” forma parte de la campaña de la comunAda para elevar a los altares de la Revolución a Ada Colau, virgen y mártir. El invento revolucionario basado en una cuenta de Caixabank imita a las recolectas del Domund para ayudar a los misioneros a cristianizar a los negritos del mundo. Apostando por el culto a la personalidad propio de los regímenes autoritarios, los dos monaguillos y concejales de la alcaldesa, Oriol Badia y Marc Serra, exponen sus jetas en un vídeo donde señalan a los enemigos de Colau como si fuese una nueva Josefina Vilaseca. La niña de Manresa que en 1952 prefirió morir virgen antes que ser violada. Si en aquella tragedia los enemigos de la inocente criatura fueron un psicópata y los tradicionales mundo, demonio y carne, en el caso de la inmaculada alcaldesa que no pierde su pureza antisistema, la lista es más larga.

A decir de los devotos del paraíso comunero barcelonés, las demoníacas fuerzas que acosan y tientan a la angelical alcaldesa, y ponen en peligro sus nóminas de inquisidores y santones ideológicos son, entre otros, la extrema derecha, una empresa de agua potable, fondos buitre, hoteles de lujo y medios de comunicación no afines. En su exorcismo y auto de fe, comuneros y podemitas satanizan a oscuros intereses de lobbies y multinacionales, y comparan las críticas a la alcaldesa con los casos del populista brasileño Lula da Silva y con el del “excelentísimo señor” Pablo Iglesias. Y como Colau nunca puede ser menos que nada ni nadie, ostenta también el tratamiento el de Excelentísima señora.

Para disfrazar su farsa, Spanish Revolution asegura que han creado un medio para sacar a la luz noticias que no se pueden ver en otros, “pero no queremos depender de bancos ni de empresas que limiten nuestro trabajo”. Por eso abren una cuenta en CaixaBank “para hacer mejores vídeos y dar una información veraz y de mayor calidad”. Conociendo sus métodos, copian otra vez el Principio 3 del manual de propaganda hitleriana de Goebbels. Llamado de Trasposición, ordena: “cargar al enemigo los errores propios o los defectos”. Así transforman en acto de valentía el pavor y la cobardía de Colau a declarar ante un juez sobre los presuntos delitos que le imputan. Y convierten la suciedad, inseguridad y miseria de Barcelona en una “percepción” de los barceloneses que no la veneran.

Con estos antecedentes y más, Ada y su congregación de adoratrices demuestran que cuando las falsas revoluciones democráticas reivindican libertad de expresión es para liquidar la libertad de expresión de los demócratas de verdad. Su intransigencia compensa sus flaquezas y llaman idealistas a sus actos merecedores de Código Penal. Por eso, su concepto de justicia popular es un eufemismo de degollina general, si pudiesen. Como su progresismo ha envejecido rápidamente y resulta grotesco, se alistan a causas necias. Así, Spanish Revolution promete ser otro nido de filisteos adictos a la mentira y la patraña. Y con su deificación de Ada, aportan menos bien a la comunidad que una carmelita descalza.