Hace algunos días asistí, como concejal del grupo municipal de Valents, a la presentación del documento Diagnosi taula ciutadana per a una nit cívica i segura y pude apreciar la enésima deslealtad entre comunes y PSC. En esta ocasión, entre las personas de Albert Batlle, quinto teniente de alcalde, y el síndic de Barcelona, David Bondia, al publicar, este último, dos días antes de la taula ciutadana, un informe en el que justificaba la necesidad de permitir que los ciudadanos de Barcelona pudieran practicar el botellón.

Albert Batlle justificó los botellones hace poco más de un año afirmando que eran “consecuencia del confinamiento” o que "la gente no tenía espacio”. Así que no debería sorprendernos el informe del síndic. Por muy enrollado y moderno que quiera mostrarse ante los que le votaron en el proceso participativo, no debe olvidar el cargo que ocupa.

Como político, mi obligación es pensar en buscar soluciones a un problema enquistado y fomentado desde que Ada Colau es alcaldesa. Como padre, sufro por el ocio que el gobierno de Colau y el PSC quieren impulsar e implantar en Barcelona. Como exmosso, me horroriza pensar en la cantidad de adolescentes, menores de edad, que acaban sus noches de botellón en cualquier acera o portal, casi en coma etílico. Fomentar este formato de ocio nocturno desde las instituciones públicas me parece una aberración.

Si nos fijamos en el informe que se nos presentó hace unos días, encontramos un dato preocupante: un 38% de menores de Barcelona accede a botellas de alcohol sin ningún tipo de control. Al síndic de Colau y al PSC les parece bien esta situación, dado que promueven los botellones. Poco les importa la salud de nuestros hijos o la seguridad o que puedan disfrutar de los amigos y la fiesta sin necesidad de estar consumiendo grandes cantidades de alcohol.

Los políticos populistas, con la única voluntad de ganar votos, son capaces de promover botellones, okupaciones ilegales o la venta ilegal de productos. Les importa poco la ley, mejorar la vida de los ciudadanos o pensar en el futuro de nuestros hijos. ¿A quién se le ocurre promover los botellones? ¿A quién se le ocurre no perseguir los delitos que se comenten en nuestras calles de Barcelona? A aquellos que nos gobiernan.

No es posible que desde las instituciones públicas y los partidos políticos se propicie el incumplimiento de las ordenanzas públicas, de las leyes o del orden y la seguridad en las calles. Desde Valents tenemos claro que debemos devolver el orden a las calles de Barcelona y hacer compatible el ocio nocturno con el descanso de los vecinos.

El Gobierno de Colau y el PSC tendrán una nueva oportunidad para demostrar si quieren fomentar el orden o el caos: la temporada de verano. Es un momento en el que llega mucha gente a la ciudad y, sobretodo, a nuestras playas: fiestas, botellones y venta de drogas. Esperemos que estén a la altura y elijan mantener el orden. En caso contrario, nos tendrán delante.