Las encuestas de las próximas semanas ofrecerán una fotografía más precisa y marcarán la recta final de las elecciones municipales en Barcelona. Los expertos en demoscopia señalan que quien siga primero tendrá muchas posibilidades de serlo en la noche electoral, porque los indecisos y los que todavía no saben que tienen una cita con las urnas, se podrían inclinar por el caballo ganador. Xavier Trias lo sabe, y ha comenzado a pensar que sí, que podría ser alcalde de nuevo. Algo realmente asombroso si pensamos que no se sabía nada de él en los últimos cuatro años y que se había retirado a jugar al golf.

Y cuando llega esa posibilidad, también aparece el cálculo. Algunos compañeros de partido consideran que Trias cálcula demasiado, si va o no a un acto de homenaje a Jordi Pujol, si aparece o no junto a Laura Borràs, en el inicio del juicio que mantiene en vilo a la todavía presidenta de JxCat, de si se pronuncia o no a favor de que Carles Puigdemont regrese a Catalunya…

La paradoja es que ese cálculo, que existe, se combina con una decisión clara por parte de Trias y es que, llegado el momento, comenzará decir todo lo que piensa sobre la ciudad, de forma desacomplejada, desinhibida, y a pesar de las contradicciones que sabe que debe arrastrar como candidato de Junts per Catalunya, una formación confusa, que no sabe qué defiende, con pre-políticos todavía en sus filas.

Lo que se puede establecer es un pulso entre dos tipos, el calculador y el desacomplejado, que piensa que a estas horas del partido ya no debería disimular. Pero, ¿con qué fin? Porque se puede conseguir la alcaldía de Barcelona –ya se verá con qué apoyos—y no poder cambiar la dirección de su partido.

La tesis buenista señala que Trias logrará el aterrizaje de los desaforados de JxCat, y que el partido recuperaría todo el espíritu convergente, el que se presentó con toda su potencia en el acto de homenaje a Pujol en la librería Ona. Pero, ¿quién acompañaría a Trias? ¿Es Jordi Turull su cómplice para que JxCat pueda desbancar a ERC y buscar acuerdos con los socialistas, ya fuera en Barcelona o en el Parlament de Catalunya?

No hay mucho material netamente convergente ahora en la cúpula de JxCat. Aunque quien le pudiera acompañar y buscar un cambio importante sería Jaume Giró, que está dispuesto a pelear en el terreno ideológico para recuperar un centro-derecha-liberal, que ha dejado de existir en Catalunya.

La otra posibilidad es que sea Trias el objeto de un plan de recuperación del independentismo, con la excusa de que ERC no ha conseguido gran cosa. Para comenzar, la reforma en el código penal –a la espera de recursos de amparo en el Tribunal Constitucional—no ha servido para reducir las penas de inhabilitación por cargo público a dirigentes como Oriol Junqueras. Aunque sí para que Joaquim Forn pudiera ser, de nuevo, el número dos de Trias. Sin embargo, Forn ha renunciado a formar parte de la candidatura de Trias.

Eso es lo que se juega también en las elecciones municipales en Barcelona. Y no es menor. ¿Aterrizará JxCat a la normalidad con Trias, o será Barcelona la palanca del independentismo?