Xavier Trias es su propio fuego amigo. Su moderación, aireada a los cuatro vientos, se convierte en entelequia cuando preconiza que tiene las manos libres para hacer y deshacer. Que Carles Puigdemont le ha dado permiso, en Círculo Ecuestre dixit. Primer disparo al pie: si alguien te da permiso es que le debes pleitesía. Segundo disparo: nunca prometas lo que no puedas cumplir. La agenda de promesas del candidato de Junts empieza a ser preocupante porque las promesas valen dinero y el señor Trias no dice de dónde lo sacará. Tercer disparo: es conveniente saberse los temas y Trías no baja de generalidades. En el buen fútbol se dice bajar la pelota pero el candidato independentista prefiere balones por alto y buscar la pelota a la carrera. Los entendidos dicen que eso es juego antiguo, que eso en el futbol moderno no se estila. Pues, en política, tampoco. 

Su alter ego, Ada Colau está preparando una lista de más de lo mismo. Ninguna sorpresa de entrada y sí varias de salida. Y les anuncio que alguna dimisión “por motivos personales” conoceremos en los próximos días. Lo más interesante de su lista será ver quién se hace con las riendas del grupo municipal porque tras la derrota nadie tiene dudas de que Colau irá a la carrera para ser la “number one” de Yolanda Díaz por Barcelona. La pugna entre Janet Sanz y Jordi Martí promete tardes de gloria que habrá que seguir de cerca con un refresco de cola y palomitas. 

A ambos líderes, Colau y Trias, su intento de polarizar la campaña les ha durado poco. El tercero en discordia, Jaume Collboni, acertó desmarcándose del equipo de gobierno y tiene las manos libres en la precampaña y las encuestas le sonríen. El líder socialista además ficha independientes, no independentistas como Trías, ni se limita solo a la cantera como Colau. Lluís Rabell, Maria Eugenia Gay y Albert Batlle son los ejemplos. Y un pequeño detalle que creo de importancia. Y no es baladí. Batlle no solo seguirá al frente de la seguridad sino que asumirá Ciutat Vella, la zona más conflictiva de la ciudad. Toda una apuesta. Si alguien pasea hoy con Batlle por Sarrià, su distrito, le recomiendo paciencia porque ciudadanos de toda edad le saludan y charlan con él exponiéndole sus cuitas y preocupaciones. Conclusión, toda una tortura para el acompañante pero que denotan que Batlle es un tipo que pisa la calle. Algo que, sin duda, se echa a faltar en la política actual. 

El páramo sigue siendo ERC. Descolgada en encuestas y con la moral por los suelos trata de buscar su sitio en la precampaña. La llegada de Ester Capella es un claro mensaje de que hay que reconstruir la cosa cuando Maragall se retire a sus aposentos. Mientras, el candidato sigue a lo suyo y quiere fichar, tras el fiasco de los apoyos que no eran tales, a Mercedes Vidal. Si usted no la conoce lo entiendo. Fue concejal de Colau en el 2015 y salió en fuga en 2019. La razón búsquenla en que el partido de Vidal dejó a los Comunes tirados y se fue con ERC. Y les recuerdo que la señora Vidal tiene el récord Guiness de huelgas en metro, autobuses y taxis. Decían que era mano dura. Lo cierto es que le faltaba mano izquierda. Ahora Maragall la quiere repescar pero no se engañen no proviene de los Comunes porque desde el 19 está en la órbita de ERC. De independiente tiene poco. 

Vox no existe, Ciudadanos va como pollo sin cabeza con una candidata que augura grandes resultados. Solo le diría a Anna Grau que cuidado con las expectativas. Valents sigue a lo suyo “replegant” candidatos perdedores. Gentes del PP o de Ciudadanos que obtuvieron magros resultados en sus poblaciones que se integran en una formación que, hasta ellos reconocen, tiene crudo entrar en el Ayuntamiento. Solo el PP parece levantar cabeza, empujado por el efecto Feijóo pero con un candidato, Dani Sirera que parece un llanero solitario porque el PP catalán sigue siendo una entelequia. Hasta Xavier García Albiol lo sabe. El candidato de Badalona está lidiando solo una presión judicial, bastante burda por cierto, sin el apoyo del partido en Cataluña. El PP de Génova sí que le echa una mano aunque parece que sea al cuello. Un ejemplo, escuchen la entrevista de Carlos Alsina en Onda Cero a Cuca Gamarra. Es algo así como al suelo que vienen los nuestros. 

El panorama es clarificador y pone a todos en su sitio. La derecha constitucionalista sigue KO, aunque Sirera es el único que levanta cabeza. Maragall sigue en fuera de juego. Collboni ficha independientes y está protagonizando una campaña muy medida para sacudirse la pinza Colau-Trias. El candidato de Junts es cada día más candidato de Junts que de Trias y Colau es más de lo mismo, con poca transparencia y con líos internos que verán la luz en breve. ¿Novedades? Pocas, sin duda, pero un candidato, Collboni, está esprintando y ninguno le sigue.