Elsa Artadi será la voz cantante de la candidatura de Junts per Catalunya en las elecciones municipales de Barcelona. Lo es por la Ciudad Condal por decisión de su partido, pero podría serlo por Girona, por Vilalba dels Arcs, por Tarragona o por Prats de Lluçanès, porque su conocimiento de Barcelona es manifiestamente mejorable. La pasada semana, la señora Artadi fue entrevistada en La Noche en 24 horas de RTVE por el periodista Marc Sala. En el turno de preguntas de los analistas presentes, tuve la osadía de preguntarle si conocía el color de las líneas de metro 1, 4 y 5 de Barcelona.

La respuesta de Elsa Artadi fue muy interesante. Dijo, literalmente, que en los últimos tiempos iba en coche oficial -eso le honra porque algunos dicen que van en metro, pero sólo lo pisan para hacerse una foto como nuestra señora alcaldesa, Ada Colau- y que su transporte público para moverse por Barcelona eran los Ferrocarriles de la Generalitat. Curiosa respuesta ésta porque los “ferrocatas” llegan hasta la Plaza Catalunya y la Plaza España. No cubren toda la ciudad ni de broma. Las líneas que llegan a Plaza Catalunya lo hacen desde el Tibidabo, y las que llegan a Plaza de España desde l’Hospitalet. O la señora Artadi se ha pateado la ciudad a pie, o su mentira fue ostentosa. ¿Sabrá que los ferrocarriles no llegan a La Mina, Sant Martí, o la Meridiana? ¿Sabrá que tampoco lo hacen a la Villa Olímpica, Fòrum o el puerto? ¿Sabrá que tampoco llega a Vía Laietana, Glorias, el Clot o el Guinardó? ¿Y menos al Carmelo? A tenor de su respuesta no. Y, por cierto, no parece verosímil que Elsa Artadi llegue en “ferrocatas” a Plaza España desde Hospitalet.

O sea, Elsa Artadi conoce las líneas de metro mucho peor que las tiendas de lujo de Paseo de Gracia. Ahí está totalmente al loro. Ni tan siquiera la línea 4, que es la amarilla, su color preferido. En esto ha empatado con Manuel Valls. Quizás sus equipos los deberían preparar para conocer Barcelona antes de presentar sus candidaturas, porque qué credibilidad tiene un candidato que desconoce lo básico. Creo que ninguna. Lo que sucede es que sus partidos están planteando unas elecciones no sobre la ciudad, sobre su futuro, sobre sus necesidades, sino sobre el macrotema político, o monotema, que nos envuelve.

Elsa Artadi se desenvuelve, es un decir, en este monocultivo político. Está acostumbrada a deambular entre referéndum, derechos políticos, autodeterminación, independencia, y el largo etcétera. Pero, que no le hablen de metro. Ni para saber las líneas, que no las sabe, ni para que estos pequeños problemas como el amianto que ha llevado a los trabajadores a la huelga. Cabría recordar aquí qué, en la última movilización de los trabajadores, preguntada en su calidad de portavoz del gobierno afirmó que eso eran temas menores que no podían despistar del tema principal. No es lo suyo. Lo suyo es compararse con Ana Frank. Si este tema les aburre, les sugiero un paseo por los vídeos de Ada Colau. Ya no podrán dar su opinión, porque ante tantas críticas han decidido capar las opiniones. No es para menos porque nuestra señora alcaldesa nos trata en sus alocuciones como retrasados. Increíble, pero verdad. Este es el nivel.