Las incógnitas se despejan en Barcelona. Poco a poco, como aquellos balones que entran en la portería llorando, las distintas fuerzas políticas han elegido a sus candidatos a la alcaldía de la ciudad. Durante meses, en Junts per Catalunya se tenía claro que su candidato sería Xavier Trias. Pero la decisión final tardó en llegar. Aunque, de alguna forma, Trias quiso demorar su sí oficial para recabar apoyos y asegurarse que había agua en la piscina. Y la hay, porque las primeras encuestas han ofrecido un aumento significativo de JxCat. Trias se presenta con la idea de que se produzca un cambio en la ciudad, y eso se traduce, sin ambages, en que Ada Colau no siga como alcaldesa de Barcelona.

Pero, ¿cómo se logra ese vuelco? Y lo más importante, ¿quién debería ser el sustituto de Colau? Y ahí las cosas ya se pueden concretar algo más. En los distintos sondeos, y aunque la militancia de JxCat se enoja al escuchar la realidad, lo que se sitúa sobre la mesa es la posible victoria del socialista Jaume Collboni, que ha comenzado a sacar algunas cabezas sobre el resto de alcaldables. Una victoria en las elecciones que solo tendría sentido si recibe el apoyo de Trias para lograr la vara de mando en Barcelona.

Sin embargo, todo ese esquema no estaría completo sin un apoyo adicional. Con unas elecciones más reñidas que nunca, con cuatro formaciones políticas que pueden competir para llegar a la primera posición, para ser alcalde se necesitará el concurso de tres partidos políticos. Y si Collboni llega en primer lugar, y dando por sentado que recibiría el apoyo de JxCat --¡que cosas!—el tercer elemento habría que buscarlo en el PP de Barcelona, que este lunes dio a conocer su candidato, Daniel Sirera.

Sirera es un ya veterano dirigente del PP, que hasta ahora trabajaba en la Comunidad de Valencia, como director de gabinete de Carlos Mazón, el aspirante del PP a la presidencia de la Generalitat valenciana. Ex diputado en el Parlament de Catalunya, Sirera ejerció, incluso, de presidente del grupo parlamentario cuando Josep Piqué dejó el Parlament en 2007. Sirera conoce las buenas maneras y la eficacia, a la hora de llegar a acuerdos con los gobiernos municipales en Barcelona del que fuera el gran hacedor de la política del PP en la capital catalana: Alberto Fernández Díaz.

Cada nivel de administración tiene sus características. Y el PP de Barcelona ha buscado siempre servir a los ciudadanos de la ciudad, llegando a acuerdos, negociando enmiendas, colocando el interés general en primer plano.

Todo eso supone que el PP puede ser esa tercera pata para que, efectivamente, se produzca un cambio en el Ayuntamiento de Barcelona a partir del 28 de mayo de 2023. ¿Un apoyo a Collboni, para que, junto a Trias, el PSC pueda volver a tener un alcalde en Barcelona?

Eso es lo que se vislumbra en Barcelona y que se irá cocinando en los próximos meses en la ciudad, a pesar de los riesgos importantes que conlleva. El PP de Catalunya, que lidera Alejandro Fernández, ofreció a la dirección nacional del partido el nombre de Sirera. Finalmente, y tras algunas dudas, Alberto Nuñez Feijóo se ha decantado por Sirera. Pero Feijóo deberá ser consciente de que puede favorecer la elección de un alcalde socialista en Barcelona a pocos meses de unas elecciones generales. Es el PSOE el más interesado en que en la capital catalana haya un alcalde socialista, como palanca para esas mismas elecciones generales. ¿Lo asumirá Feijóo?

Dependerá de la consideración que el PP quiera darle a la propia política. ¿Se quiere ser útil ante la ciudadanía, o jugar solo a la politiquería?

Los dos, tres o cuatro concejales que pueda lograr el PP en Barcelona serán decisivos para que Collboni sea alcalde. Y eso lo saben todos los actores políticos que han comenzado la larga carrera electoral hasta el 28 de mayo.