Los presupuestos presentados por el gobierno de Ada Colau y Jaume Collboni no son aceptables. No hay por donde cogerlos. Son unas cuentas que, en resumen, empobrecen al ciudadano para enriquecer al Ayuntamiento. Como he dicho en innumerables ocasiones, el dinero tiene que estar en el bolsillo de los ciudadanos. Por una razón bien simple: si el ciudadano puede gastar, el comerciante va a vender más, va a contratar a más personal y la rueda empezará a girar. Es el círculo virtuoso de la economía. Pero de eso el gobierno de Colau y Collboni entiende poco, se piensan que el dinero sale de los árboles y que pueden ir metiendo la mano en el bolsillo del contribuyente hasta que no quede ni un céntimo.

Entrando más al detalle, es cierto que el presupuesto crece, casi un 5%. Pero, ¿por qué? Porque suben los impuestos y se reducen las bonificaciones como la de la tasa de terrazas. Los restauradores de esta ciudad se merecen un monumento, y quizá dos. Siempre he dicho que Barcelona son sus bares y sus restaurantes. Muchos de estos pequeños empresarios y autónomos han luchado contra viento y marea para no cerrar durante la pandemia. Y ¿cómo les recompensa el gobierno municipal? Quitándole la bonificación del 75% en una tasa de terrazas, que en 2020 subió lo que no está escrito. Pienso por ejemplo en los luchadores de la Plaza Reial, que vieron como la tasa les subía más de un 1000% respecto al 2019. Así, señora Colau, no se cuida a la economía real.

Por no hablar del déficit. En año de pandemia, el gobierno presentó un déficit de 50 millones de euros, ahora es de 218 millones. Es decir, a medida que avanza la recuperación económica, de forma contradictoria, el déficit del Ayuntamiento se va disparando. Aparte, tenemos el gasto municipal a un nivel desorbitado. ¿Cómo le vamos a explicar a las familias que tienen dificultades para llegar a fin de mes que hay 250 entidades afines al gobierno municipal que van cobrando del presupuesto de la ciudad? En medio de una pandemia mundial, el gobierno municipal tenía que dar ejemplo. De hecho, teníamos que dar ejemplo todos, el Ayuntamiento al completo, e incluso propuse que la alcaldesa, todos los regidores, tanto de gobierno como de oposición, y asesores nos redujéramos el sueldo para invertirlo allí donde hacía falta. Me quedé solo.

Y otro detalle no menor, que salta a la vista. El gobierno municipal va a reducir en 1,3 millones de euros el gasto para la atención a las mujeres víctimas de violencia. En uno de los presupuestos más expansivos de la historia y con un gobierno que dice defender los derechos de las mujeres, ¿cómo se explica que esta partida se reduzca? U otra partida que está a cero, literalmente a cero: la de los eventos deportivos.   

En definitiva, que no hay ni un ápice de esperanza para que estos sean los mejores presupuestos para Barcelona. Colau y Collboni han faltado el respeto a todos los vecinos de Barcelona que con su esfuerzo diario levantan cada día la ciudad. Y entre estar al lado del Gobierno municipal o al lado de los vecinos, yo lo tengo claro: siempre al lado de la gente trabajadora, de la gente honrada y de los vecinos que luchan cada día para llevar Barcelona al lugar que le corresponde.