La batalla por Barcelona ha dejado de hacer gracia a sus principales protagonistas, aunque no todos se juegan lo mismo. Xavier Trias, como alcaldable de Junts per Catalunya, una formación política extraña, con muchos pre-políticos en sus filas como, todavía, Laura Borràs, quiere ganar y cree que ahora sí es un objetivo realista. El otro candidato con posibilidades, Jaume Collboni, lleva tiempo diciendo que será alcalde, y confía en la campaña electoral y en el buen momento de la marca socialista, con Pedro Sánchez y Salvador Illa al frente. Pero también es consciente de que si no puede conseguir la vara de mando, deberá desistir y dejar paso a otros.

El hecho es que las cosas han cambiado en las últimas semanas, aunque nada está decidido. Pero Xavier Trias tenía un claro objetivo cuando se decidió a presentar su candidatura. Si lograba un buen resultado, dejando a JxCat en una digna posición –debemos siempre recordar que es una formación muy rara, con un personal que sigue en la luna del procés—y conseguía que Ada Colau quedara fuera de combate, podría regresar a su casa por la puerta grande. Trias, con su vuelta, podría permitir un alcalde distinto, con fórmulas más acordes a lo que quiere una gran parte del mundo económico en la ciudad: una colaboración público-privada que permita grandes proyectos en la ciudad.

Pero Trias ha iniciado una carrera que cree que puede ganar y ahora quiere ser alcalde, después de la frustración de 2015, cuando tiró la toalla a las pocas horas del cierre de los colegios electorales, felicitando de inmediato a Ada Colau, que accedió a la alcaldía por primera vez. Y luchará hasta el final por la alcaldía. Si no lo logra, tendrá claro que sus votos sólo irán en dos direcciones: o al PSC o a ERC. Y se irá a casa.

Sin embargo, si gana, ¿quién será su primer teniente de alcalde, teniendo en cuenta que deberá llegar a un acuerdo con otra fuerza política, y, tal vez, con una tercera? En su comparecencia en el Círculo Ecuestre aseguró que estaría “encantado” en que ese cargo pudiera ser para Jaume Collboni, sabedor, sin embargo, de que esa circunstancia no podrá ser. Porque Collboni también se la juega, en mayor medida que Trias. Aunque pudiera ser arriesgado para el PSC un acuerdo con Trias, antes de las elecciones generales, lo que está claro es que no podría protagonizarlo Collboni. ¿Su segunda en la lista, Maria Eugènia Gay, o su tercera, Laia Bonet?

En el caso de una victoria de Collboni, aunque fuera por la mínima, su puesto como alcalde estaría asegurado. Trias no lo dudaría. Pero, ¿con quién como primer teniente de alcalde, dando por hecho que el equipo de gobierno debería ser de coalición? Tampoco en este caso podría serlo el candidato a la alcaldía de JxCat. ¿Sería Neus Munté, como segunda en la lista de Trias? Aquí la cosa ya tendría más claridad. Munté proviene de la UGT, como Collboni. Tienen una buena relación, y JxCat tocaría el cielo si pudiera cogobernar en Barcelona, con Esquerra en la oposición, y pensando en que Barcelona podría ser la palanca de cambio para el conjunto de la política catalana.

Por eso la batalla de Barcelona es crucial para los posibles cambios que se verán en Cataluña. Eso sí, serán los segundos o terceros en las listas electorales los que, de verdad, tendrán un gran protagonismo. Los líderes que pierdan deberán irse a casa o esperar nuevas oportunidades en otras instituciones u organismos. Y no será una institución menor la Diputación de Barcelona. Lo veremos en breve.