La alcaldesa Ada Colau y Elsa Artadi, tras una reunión en la Generalitat / ARCHIVO

La alcaldesa Ada Colau y Elsa Artadi, tras una reunión en la Generalitat / ARCHIVO

¿Quién hace Barcelona?

Cómo Elsa Artadi se “comió” a Colau en la Fira de Barcelona

La alcaldesa depositó en el independentista Jordi Martí las negociaciones para nombrar a Pau Relats

29 diciembre, 2018 20:40

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La elección de Pau Relats como nuevo presidente de la Fira de Barcelona es el resultado de un juego de equilibrios que ha dejado descolocada a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pero que ha beneficiado a la Generalitat y al sector independentista. Fuentes conocedoras del proceso que llevó a la elección de este empresario detallan a Metrópoli Abierta que “a Ada Colau no le interesa Fira de Barcelona y apenas prestó atención a las maniobras que se ejecutaron en los últimos meses. Por eso, dejó todo en manos de Jordi Martí, que pactó con los independentistas el nombramiento de un empresario alineado con el independentismo. El que las tesis de Martí estén alineadas con el soberanismo puede que haya tenido algo que ver con esa elección”.

Una de las fuentes consultadas por este diario explica que los contactos comenzaron hace meses entre Ada Colau, la consejera de Presidencia y portavoz del Govern, Elsa Artadi, y la consejera de Empresa, Àngels Chacón. “Las relaciones entre ellas eran muy buenas y hablaron incluso de que ocupara la presidencia una mujer. Pero, al final, todo acabó en aguas de borrajas, porque Colau no se interesó mucho por el tema”, subraya la fuente.

Otro empresario que siguió de cerca el proceso, en cambio, señala que “fue Elsa Artadi quien más presionó para que se nombrara a un empresario proindependentista. Todos sabemos que Femcat es una organización sin peso, que sólo tiene a tres o cuatro empresarios y que su único valor es posicionarse a favor de las tesis soberanistas”. Esta fuente se muestra crítica con el nombramiento de Relats. “Desde hace más de una década, había un pacto de caballeros, no escrito, que garantizaba que las instituciones catalanas quedaban al margen de cualquier batalla política. Ahora, la Generalitat rompió ese pacto y monopolizó el proceso de elección del presidente de Fira. En esta actuación, fue crucial el posicionamiento radical de Artadi”.

LAS EXCUSAS DEL GOVERN

Una persona que siguió muy de cerca las conversaciones afirma que “desde que Carles Puigdemont llegó a la Generalitat, el Govern quería a alguien afín al frente de la Fira de Barcelona. A partir de ahí, se fueron poniendo nombres encima de la mesa, que fueron sistemáticamente rechazados por motivos políticos”. Y otra fuente resalta que “durante meses, se estuvo intentando pactar un nombre y se llegó a echar la culpa de que no hubiese un pacto a la aplicación del artículo 155. Pero de todos era conocido que los independentistas querían cuotas políticas al frente de las instituciones”.

En varias reuniones, según estas fuentes, la portavoz de la Generalitat exigió que era el Govern quien debía decidir el nombre. “Nosotros ponemos más dinero y, por tanto, queremos más poder”, fue la excusa para apostar por un candidato con fuerte componente político. Fue inútil que el presidente de la Cámara de comercio, Miquel Valls, alertase de que debía nombrarse a una personalidad con un perfil “más neutral”. Artadi hizo valer su tesis y presionó a Valls (que es, al final, quien debe poner sobre la mesa el nombre del candidato) para que accediese a apostar por Relats.

El nombre preferido por los actuales mandatarios de Fira era el de un hombre con perfil menos marcado políticamente, como Pedro Fontana, por ejemplo. “Pero, ojo: Relats cumple los criterios de buen profesional, aunque tiene en su contra que no es muy conocido y para un puesto de esta importancia se necesita a una persona que al descolgar el teléfono se le ponga al otro lado del hilo quien sea. Eso no lo tiene en estos momentos Relats. El presidente de Fira ha de ser un peso pesado y el recién nombrado aún no lo es”.

COPAR LOS RESORTES DE PODER

No es la única ofensiva del independentismo: en el Puerto de Tarragona, el Govern acabó con los vestigios del último bastión de la antigua Convergència. A finales de este mes de noviembre, el consejero de Territorio, Damià Calvet, nombró a Josep Maria Cruset nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de esa ciudad, en sustitución del veterano Josep Andreu, el hasta no hace mucho líder indiscutible convergente en tierras tarraconenses. Las nuevas generaciones, claramente identificadas con el independentismo, pues, están copando las grandes áreas de poder e influencia.

El exsocialista Fabián Mohedano también fue nombrado en el mes de octubre miembro del Consorcio de Formación Profesional de la Automoción. En 2014, fue expulsado del PSC y se sumó al grupo de Avancem, dirigido por Joan Ignasi Elena. En ese momento, se pasó con armas y bagaje al independentismo, Mohedano no ha dejado de pasar por cargos oficiales. En 2015 fue nombrado presidente del Consejo Asesor para la Reforma Agraria y en junio pasado, fue nombrado presidente del Consejo Catalán de Formación Profesional. Según Artadi, su nombramiento se debía a su condición de treballòleg, una profesión nunca antes oída. Pero visto lo visto, más parece un premio a su posicionamiento y cambio de orientación política que a otra cosa.