Jordi Hereu, en la entrevista con 'Metrópoli Abierta' / LENA PRIETO (MA)

Jordi Hereu, en la entrevista con 'Metrópoli Abierta' / LENA PRIETO (MA)

¿Quién hace Barcelona?

Jordi Hereu: “Con Collboni se debe alcanzar un compromiso histórico por Barcelona”

Hereu reclama al centro-derecha "humildad y apoyo en 2023" al PSC para rehacer la ciudad y superar el "populismo" de los comunes

29 mayo, 2022 00:00

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Jordi Hereu i Boher (Barcelona, 1965) preside el comité asesor de Jaume Collboni, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona. Hereu, exalcalde de la ciudad y ahora presidente de Hispasat, está convencido que la figura de Collboni puede y debe aglutinar a sectores muy distintos para encauzar un proyecto de futuro para la capital catalana. En esta entrevista con Metrópoli señala que se debe producir una especie de "compromiso histórico", una expresión que remite a los acuerdos alcanzados en Italia entre comunistas y democristianos. Lo hace para referirse a la necesidad de llegar a acuerdos entre fuerzas políticas distintas que beneficien a Barcelona. "Con Collboni se debe alcanzar un compromiso histórico por Barcelona”, asegura, pensando en el mundo exconvergente.

¿Qué papel ejerce como presidente del comité asesor de Jaume Collboni?

Escucho a mucha gente, con el compromiso, como siempre, con la ciudad de Barcelona. Lo hago porque creo que Jaume Collboni está llamado a ser el alcalde de Barcelona, tras siete años de servir a la ciudad, y de haber tomado el proyecto en el peor de las conyunturas. Ha demostrado valentía y trabajo, dedicación y conocimiento. Combina esa experiencia con la apuesta por la diversidad y la potencialidad de Barcelona, frente a un populismo de izquierda y a un proceso independentista que nos ha debilitado mucho. En algunos temas, además, ya está ejerciendo de alcalde, porque, ¿a quién van a ver los inversores, los que quieren desarrollar proyectos en la ciudad? Al frente del comité lo que hago es buscar ese mejor posicionamiento de Collboni, del PSC, porque creo, realmente, que es la opción de futuro para Barcelona, que debe concentrar mucha energía y de gente muy diversa.

¿Collboni será el voto útil para esas elecciones?

Hay una apelación, una demanda para servir a Barcelona. Es un proyecto frente a una oferta formada por una versión del independentismo que quiere capturar Barcelona, que está al servicio de una causa, y frente a una izquierda que entró con ilusión hace siete años, con poca experiencia y perdonando la vida a todos, que se ha agotado y que está llena de contradicciones. Esa izquierda no ha conseguido ningún objetivo de los que se planteó. Y Collboni enlaza con una tradición de gestión. Lo que se plantea es esa apelación también frente a una hiperfragmentación, de muchos sectores. Se trata de aglutinar a mucha gente, a no adscritos, que pueden estar dispuestos a apoyar un proyecto que los incluirá. Y que quiere también estar al lado de esa izquierda ligada a ICV, de toda la vida, que no traga el populismo de los comunes. Eso, junto a sectores liberales, profesionales, que están en la centralidad, y que pueden sumar a lo que ya tiene el PSC, que es un bloque muy potente. Esa izquierda y ese centro-derecha pueden sumar, frente al pavor que significa la suma entre ERC y los comunes. Eso sería añadir un doble estrés a la ciudad.

¿Cómo?

Debe haber un proyecto que concite ese gran apoyo, frente a una izquierda de la sostenibilidad, que solo es ambiental y ha dejado de serla económica o social. Y frente a ERC,   que ha quedado en evidencia, con el apoyo a los presupuestos después de que se lo mandara el partido, desde arriba, a Ernest Maragall. No es el Ernest que yo conocí. Le llaman y hace lo que le dicen. Y Barcelona es Barcelona. Para el nacionalismo Barcelona no es una causa en sí misma, es un instrumento. Y la manera de sumar Cataluña, para mí, es ser Barcelona.

¿Se mantendrá el gobierno de coalición hasta el final del mandato?

Claramente. Soy consciente del coste, ¿pero es imaginable la ciudad gobernada sin el PSC? Toda la reactivación económica, las cuestiones de seguridad... Para todas las áreas en las que está el PSC es importante seguir hasta el final. Yo fui crítico con el acuerdo en 2015, pero en 2019 estuve a favor. Dije que sí. Por responsabilidad ahora se debe agotar el mandato del gobierno, una responsabilidad que no es la que ejerce Ada Colau. Sin embargo, alguien debe estar en la plaza Sant Jaume gobernando.

Nada de romper, entonces.

No, no. Se construye desde el gobierno, no desde fuera.

¿Los comunes no gobiernan?

Los comunes se recrean en sus instrumentos. Hay que ver su balance. Los sectores más sociales los han abandonado. Han abandonado a una izquierda que está conectada con el mundo del trabajo, con los movimientos vecinales. Se han desligado totalmente de ellos. Tienen otra agenda, pero no es la de las clases populares. Y hay que decir que, contra el populismo de derechas, la única barrera es el PSC, en Barcelona y en toda Cataluña. Cuando se abandonan ciertos temas, se buscan otros refugios y el PSC conoce los barrios. Lo que se pide por parte de esos sectores populares es una seguridad integral, y todo lo que está relacionado con el trabajo. Estuvimos a punto de ir a una huelga en el sector de la limpieza que se resolvió con las intervenciones de gente como Jaume Collboni. Esa izquierda, en cambio, ha abandonado a su base social y se concentra en una agenda que sí, que puede ser central en una parte de la ciudad, pero que está ligada a otras aspiraciones.

Jordi Hereu (PSC), exalcalde de Barcelona en las instalaciones de 'Metrópoli Abierta' / LENA PRIETO (MA)

Jordi Hereu (PSC), exalcalde de Barcelona en las instalaciones de 'Metrópoli Abierta' / LENA PRIETO (MA)

¿Cómo los ‘Bobos’ en Francia?

No quiero faltar a nadie, no sé si en Francia también y de la misma manera, pero lo que digo es que a esa izquierda le preocupa más lo que se respira que lo que se come. Y me preocupa mucho lo que se respira, pero hagamos una aproximación seria. No sacralicemos algunas fórmulas, y afrontemos los problemas de movilidad de forma sostenible. Creo que ni los comunes ni ERC ganarán a la derecha. La ganará una candidatura progresista, que puede tener el apoyo de muchos sectores.

¿Es el momento de una alianza entre socialistas y el mundo que proviene de Convergència?

De ese mundo convergente y de mucha otra gente, de sectores adscritos a marcos políticos distintos. Con Collboni se debe producir un compromiso histórico por Barcelona, con el que se puede ganar a la coalición del decrecimiento, a la política de la retórica sin gestión, a los adversarios de Barcelona. La ciudad ha aguantado todos estos años porque ha habido gestores, suerte de ellos, los que han articulado las instituciones. Porque ha habido una concepción nula de la gestión por una parte de ese gobierno, más interesado en el Twitter. Jaume Collboni ha aguantado. Debemos pensar en el papel, también, de la Generalitat. ¿Qué gestión ha hecho? Y en el Ayuntamiento, ¿hay algo que le haya salido bien a Eloi Badia? Ahora ya no servirá la dialéctica de Colau, la de ella contra el sistema o contra Foment. Ya no aguanta. Y por eso lo que digo es que al centro-derecha le toca reconstruirse, ya lo hará, pero ahora toca humildad y apoyo en 2023. Y no se puede volver sobre lo mismo, esa hiperpolarización entre Colau, como mujer, frente a los hombres, frente a las patronales. Es una categoría mental falsa. No la podemos aguantar. La ciudadanía no se merece una nueva campaña populista. Hay que recuperar la socialdemocracia urbana, que ha dado buenos resultados, porque no era sectaria. Liderar un proyecto público, sin inclinarse al mercado, pero sin que eso implique que no se quiere recibir a nadie porque es ilegítimo, que es lo que se ha hecho hasta ahora. Hagamos el balance de toda esa retórica y se verán los pobres resultados.

¿Barcelona debe actuar como palanca para toda la política catalana?

Sí, hay que ofrecerse al país, pero hay que interesarse en tener una buena capital. Todo eso, claro, también dependerá de Junts per Catalunya, que debe celebrar un congreso muy importante. Parece que ahora están por el país, con ese acuerdo suscrito sobre el catalán. Pero requiere un tiempo para adaptarse. En el PSC se está haciendo, con el municipalismo como bandera, con apuestas concretas, con casos como el de Mataró, con David Bote al frente. Es la Cataluña que debe emerger, frente a esa otra Cataluña que todavía se pregunta qué se quemó en Barcelona, cuando ardió todo el centro de la ciudad o se invadió el aeropuerto de El Prat.

Jordi Hereu comparte su visión para 'Metrópoli Abierta' / LENA PRIETO (MA)

Jordi Hereu comparte su visión para 'Metrópoli Abierta' / LENA PRIETO (MA)

Hablaba del compromiso histórico, que tiene unas claras connotaciones, con ese pacto entre comunistas y democristianos en Italia, y que se ha entendido como acuerdos transversales entre fuerzas políticas distintas. ¿Qué paso debería dar, por ejemplo, Xavier Trias, exalcalde, como usted?

Lo que digo es que se debe producir la unión de gente diferente. Respecto a Xavier Trias, le respeto mucho. Y él conoce cómo está el panorama, y sabe también a quién debe debe apoyar en aras de Barcelona, que es lo que nos une. Pero no hablaré en boca de él. Lo que está claro es que Barcelona no está para resistencialismos, ni para personalismos o capillitas. Y creo que desde el centro a la derecha, hay que hacer pocos inventos, porque no son sostenibles en el tiempo, y cuestan mucho de pagar después. Lo que hay que pensar es cuál es el mejor camino para que Esquerra y comunes no gobiernen. Y creo que debe ser Collboni y el PSC los que lideren ese camino, y muchos, de forma natural, también irán hacia aquí.

Dicho de otro modo, ¿sin la operación de Manuel Valls, Collboni ya sería alcalde de Barcelona?

Lo que representaba Manuel Valls y muchos sectores del centro-catalanista claramente van a apoyar a Collboni. En el otro lado, en la izquierda que proviene de lo que fue ICV, creo que también irá hacia esa dirección. Yo, por lo menos, no me cortaré para pedir ese esfuerzo, porque no es el momento de ‘coñas’ ni de capillitas. Barcelona se merece proyectos que sean consistentes, que no se basen en una personalidad. Porque, ¿con todos esos pedazos que han salido de aquella operación o de otras que puedan estar en marcha se puede vertebrar Barcelona? Son cosas que se han fragmentado. ¿Se quiere acabar como el Partido Socialista Francés? El drama de los comunes, por ejemplo, es que tienen problemas con Colau, pero sin Colau no son nada. Se cargan el código ético, solo buscan la supervivencia. Y todo eso es muy distinto a lo que representó la tradición de ICV. Y no creo, realmente, que lo que sean ahora los comunes se pueda calificar de progresismo. Es muy poco progresista, de hecho.