Loquillo y Carlos Zanón en el Festival BCNegra

Loquillo y Carlos Zanón en el Festival BCNegra METRÓPOLI

Vivir en Barcelona

Loquillo reivindica la historia reciente de su ciudad: “Crecí en la Barcelona más libre que se ha conocido”

El cantante del Clot hace un repaso de las experiencias que marcaron su carrera en BCNegra, a las puertas de publicar 'Paseo de Gracia', un libro que radiografía la ciudad que se encontró en 2014

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Loquillo es una pieza imprescindible para explicar la historia reciente de Barcelona. Lo es, al menos, para conocer los cambios que ha experimentado la escena cultural barcelonesa y catalana, aunque también es una buena referencia de la España musical nacida con la Transición.

Influido por el cine de Michelangelo Antonioni, François Truffaut, Jean-Luc Godard, Carlos Saura y, por descontado el Free Cinema inglés, el vocalista barcelonés continúa a sus 64 años una carrera instalada en la comunión entre la música y la literatura, una apuesta de la que no ve el final.

En una charla con el laureado novelista Carlos Zanón, autor, también, de la letra del tema Rusty publicado en 2016, el Loco hizo gala, una vez más, de una actitud afín a la rebeldía y escéptica de lo ortodoxo, en un repaso por la experiencia vital que ha marcado su carrera.

Republicano del Clot

Este barcelonés, del barrio del Clot, creció en el seno de una familia de estibadores, republicana, que vivió en sus propias carnes la represión franquista. Pese a ello, se negó a vivir, en sus palabras, como "el típico chico de barrio de familia estigmatizada", una etiqueta de la que pronto escapó.

"Me rebelé ante eso. Quise vivir la vida que mi padre no pudo vivir", aseguró el cantante durante la conversación Barcelona Ciudad este martes en La Paloma.

Portada de 'El Chico de la Bomba'

Portada de 'El Chico de la Bomba' LOQUILLO

El título de su primer libro es, precisamente, un reflejo del espíritu del cantante. El Chico de la Bomba, que plasma las dificultades vividas por una familia republicana en plena dictadura, fue él mismo.

El bautizo llegó después de que el Loco encontrara, accidentalmente, una bomba de la Guerra Civil en una fábrica de su barrio. Su ocurrencia pasó, entonces, por recogerla y llevarla hasta la comisaría de policía, una idea que, afortunadamente, no terminó en un calvario.

La Barcelona "más libre"

Loquillo se siente afortunado de haber crecido en la capital catalana de finales de los años 70, una época que recuerda con algo más que interés. "Tuve la gran suerte de crecer en la Barcelona más libre que se ha conocido", aseguró.

El vocalista del Clot mostró añoranza por aquella ciudad. "Las comunas, el sexo, las drogas, el rock and roll... Todo eso me marcó", apuntó, tras incidir en que era una "Barcelona fresca, punta de lanza de los cambios sociales, donde todo se mezclaba".

"Llegó Pujol"

Loquillo sustituyó la nostalgia por el rechazo al hablar sobre qué pasó en la Generalitat en 1980. "En Barcelona se jodió la marrana porque llegó Pujol. Las compañías se largaron a Madrid. De repente, cayó el telón", relató el rocker.

Loquillo en conversación con Zanón

Loquillo en conversación con Zanón METRÓPOLI

Este 'exilio', al mismo tiempo, fue una oportunidad para el Loco, permitiéndole ser conocido pese al mal momento que pasaba la industria en la ciudad y mostrando, siempre, su rechazo al movimiento hippie.

El cantante, que insistió en que "la historia reciente de esta ciudad no empieza y acaba en el 92", remarcó su admiración por "una generación cosmopolita, hedonista y guapa, que quería olvidar el pasado progre político y quería convertir Barcelona en una ciudad del mundo".

Paseo de Gracia

Loquillo lanzará su próxima novela en abril. Bajo el título Paseo de Gracia, el artista del Clot fotografía la Barcelona desconocida que encontró en 2014, cuando volvió por el fallecimiento de su madre. "No tenía nada que ver con lo que yo conocí", afirmó en conversación con Zanón.

Sin entrar en mayores detalles, y recogiendo, de nuevo, el sello de la protesta, el Loco criticó el cierre de locales dedicados al rock en la capital catalana. "Es la ciudad en la que más locales han cerrado. Los chavales tendrán que largarse otra vez, como nos largamos nosotros porque no teníamos compañías donde grabar", señaló.

Con ganas de seguir reivindicando la historia de su ciudad, derecho que se reserva para eventuales obras literarias futuras, Loquillo se despidió de La Paloma con la complicidad de quien se reencuentra con quienes, un día, fueron jóvenes airados que disfrutaron la explosión cultural posfranquista que Barcelona abanderó.