Can Verdaguer, la última casa de labranza de Barcelona

Can Verdaguer es actualmente un centro cívico de Nou Barris activo y dinámico que ofrece una serie de actividades centradas en el mundo del cómic y un concurso de este género con más de 20 años de trayectoria. Pero también es un símbolo del pasado rural de Nou Barris: la última casa de labranza en activo de Barcelona, hasta que dejó de funcionar en 1987. Tenía tierras de cultivo que llegaban hasta la avenida de la Meridiana y la calle del Escultor Ordóñez, y también una gran extensión de viñas.

Los orígenes Can Verdaguer datan del siglo XVI, aunque esta solo fue el resultado de múltiples reformas aplicadas sobre una casa de labranza del siglo XIV. La masía perteneció desde sus orígenes a la familia de Berenguer Verdaguer y fue reconstruida tras la Guerra de Sucesión, en 1714. Y más tarde sufrió varias reformas más, en 1858 y 1931, que dieron lugar a la estructura actual.

ANTIGUA MASÍA DEL SIGLO XVI

Es una antigua masía del siglo XVI, de planta basilical con cubiertas a cuatro vertientes, portal de acceso adovelado y varias ventanas, tanto en el primer piso como en las buhardillas. Cuenta con varios anexos laterales que se utilizaban para guardar los carruajes y las herramientas agrícolas. Sobre el almacén hay una pequeña azotea. Detrás de la casa hay un patio, que había sido un jardín con un gran pino y una balsa, y donde se conserva una fuente y una palmera centenaria de 27 metros de altura. También ha conservado en el exterior una prensa de vino.

Uno de los rasgos más característicos de la masía son sus dos relojes de sol. Uno en la parte derecha de la fachada principal, por encima del portal de arco de medio punto adovelado. El otro, en una fachada lateral, al lado de donde hoy se encuentra la terraza de la cafetería del centro cívico

CULTIVO

La familia Samsó se ocupó de la masía durante sus últimos 100 años en activo. Cultivaban forraje para el ganado y productos de huerta que vendían en el Mercado de Sant Andreu. En 1987, con la urbanización del entorno, perdió las tierras, aunque los masoveros siguieron viviendo en ella hasta 2006, cuando el Ayuntamiento la compró para convertirla en equipamiento.

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