Con la intención de ordenar las actividades alrededor del Mercat de Sant Antoni, el Ayuntamiento de Barcelona ha decretado este lunes una suspensión de un año de la concesión de licencias de actividades de concurrencia pública. Así pues, el complejo no podrá abrir nuevos restaurantes, bares, comercio alimentario con degustación, heladerías o tiendas de comida preparada, pero tampoco establecimientos de venta de souvenirs y productos dedicados al turismo.
Según ha informado el consistorio a través de un comunicado, esta decisión se toma para evitar el incremento de solicitudes de licencias durante la elaboración de un Plan especial de establecimientos de concurrencia pública.
Concretamente, la suspensión temporal de licencias afecta el área delimitada por las calles Sepúlveda, Casanova, Marquès de Campo Sagrado, Calàbria, ronda de Sant Antoni, de Sant Pau y la avenida del Paral·lel,el radio de influencia directa del nuevo mercado.
Además de las nuevas licencias, el Ayuntamiento tampoco admitirá comunicados para exhibiciones o espectáculos realizados en recintos cubiertos; actividades musicales, de restauración, audiovisuales o de juego y atracciones; bodegas, comercios alimentarios con degustación, orchaterías, heladerías, y comidas preparadas; y nuevos establecimientos de venta de souvenirs y productos dirigidos a turistas, aunque no incluye en la suspensión las actividades previstas dentro del recinto interior del mercado.
PLAN DE USOS
El Gobierno municipal ha explicado que el plan de usos que elaborará pretende garantizar el equilibrio de las actividades, preservar el descanso de los vecinos y evitar que proliferen "de manera descontrolada" las actividades vinculadas a servicios, ocio y artículos de regalo, en el momento que el mercado afronta el tramo final de las obras de remodelación.
Este plan responde al proceso de transformación que está viviendo el mercado y el ámbito que lo rodea, después de las obras que están previstas que acaben a finales de año y que convertirán el mercado en "un punto de interés destacado" de Barcelona ya que modernizará y pondrá en valor el espacio de venta del mercado y reactivará el comercio de proximidad del entorno, según el Ayuntamiento.
Y es que durante el último lustro, el área que rodea el mercado ha visto crecer exponencialmente el número de bares y restaurantes. Por ello, los vecinos de la zona llevan años reclamando una regulación como la propuesta para evitar que se repitan situaciones como las de Ciutat Vella.
PROTEGER EL ESPACIO PÚBLICO
El consistorio ha reivindicado la necesidad de proteger el uso del espacio público y el derecho al descanso de los vecinos, que pueden estar afectadas por la concentración de actividades comerciales, de restauración y turística que hay en Ciutat Vella y la avenida del Paral·lel, muy cercanas al Mercat de Sant Antoni.
Además, ha alertado de que en los últimos años han crecido los establecimientos de concurrencia pública y locales de restauración en el entorno del mercado, y que el espacio ha sido considerado como punto de interés cultural, arqueológico y de ocio, lo que genera expectativas en relación al desarrollo de actividades y establecimientos de souvenirs.
El Ayuntamiento también ha informado que creará un nuevo espacio museístico, que los patios interiores del mercado se convertirán en plazas públicas y se crearán nuevas zonas de estancia