Crema catalana típica de Cataluña / PIXABAY

Crema catalana típica de Cataluña / PIXABAY

Vivir en Barcelona

Las curiosidades más sabrosas de la crema catalana

Un repaso a uno de los dulces más típicos y suculentos de Cataluña

10 noviembre, 2019 17:44

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Alabada tanto por los propios habitantes de Cataluña como por todos los visitantes que acuden a ella con el objetivo de hacer un poco de turismo, la crema catalana es uno de los postres más conocidos y emblemáticos de la ciudad de Barcelona.

Sin embargo, su popularidad no está exenta de curiosidades. A continuación un repaso a algunos de los datos que no todo el mundo conoce sobre este típico dulce.

5 CURIOSIDADES SOBRE LA CREMA CATALANA

  1. Pese a que actualmente no existe ningún tipo de regla que determine cuándo se puede degustar el sabor de este característico postre, la realidad es que inicialmente estaba reservado a los domingos y a los días festivos. Especialmente el 19 de marzo, con motivo del día de Sant Josep. 
  2. Aunque la forma original es la más consumida, la popularidad de la que goza el sabor de la crema catalana ha provocado que cada vez sean más las formas a partir de las cuales se puede degustar este sabor. Siendo la opción del helado, en verano, y de los turrones en la época navideña dos de las más perseguidas. 
  3. En Francia también cuentan con su propia crema catalana. Sin embargo, ésta se cuece al baño maría y se utiliza la nata en lugar de la leche. Se ha bautizado con el nombre de crème brûlée. 
  4. Existen muchas dudas en torno a su nacimiento exacto. Sin embargo, la que adquiere mayor protagonismo es la que hace referencia a los hechos vividos en el Siglo XVIII, cuando un famoso convento catalán recibía la visita de un obispo muy importante. Para celebrar su llegada, las monjas que se encargaban de la cocina del convento decidieron obsequiar su visita con un flan, sin embargo, un error en la elaboración del mismo hizo que éste quedara muy líquido. Para tratar de solucionar este problema, las monjas decidieron proporcionar al flan una serie de detalles hasta que, finalmente, añadieron un poco de azúcar quemado. Según los expertos, el obispo quedó impresionado de su sabor. Y, desde entonces, es toda una seña de identidad para el pueblo catalán.
  5. En su punto final, para que quede bien crujiente, se quema la parte superior del postre con un soplete. Este detalle proporciona una textura y un color que se aleja de cualquier otro postre típico de la región.