Paqui Jiménez, una de las vecinas afectadas del edificio Venus / ALBA LOSADA
El bar de Paqui, en La Mina, baja la persiana: fin de un punto clave en la reivindicación del edificio Venus
El local, convertido durante años en oficina improvisada y punto de encuentro, se traspasa mientras los vecinos encaran la recta final del realojo del bloque Venus
El barrio de La Mina pierde esta semana uno de sus espacios más emblemáticos: el bar de Paqui Jiménez, un pequeño local que durante años ha funcionado como punto de encuentro, refugio y oficina improvisada para los vecinos del bloque Venus.
Según ha explicado El Periódico en un reportaje, la conocida hostelera --que también se ha convertido en portavoz de las familias afectadas por el deterioro del edificio-- traspasa el negocio y se despide de una clientela que la ha acompañado durante más de tres décadas.
Interior del edificio Venus de La Mina
Una oficina improvisada
Paqui, que ha sido una de las caras visibles de la batalla vecinal para exigir el realojo y la demolición del inmueble, ha atendido desde su barra a generaciones de residentes atrapados en un edificio degradado y pendiente de un proceso de expropiación que se arrastra desde principios de los 2000.
Allí se han rellenado papeles, se han resuelto dudas y se han organizado movilizaciones para reclamar el cumplimiento de un plan urbanístico eternamente aplazado.
La escalera nueve del edificio Venus tampoco tiene puerta de entrada / ALBA LOSADA
Clientes de todo tipo
El Periódico recuerda que por este pequeño bar han pasado no solo vecinos del bloque Venus, sino también políticos de primer nivel, técnicos de la administración y periodistas interesados en conocer la situación del inmueble.
Presidentes de la Generalitat, consellers y responsables de diferentes departamentos se han sentado en sus mesas para escuchar las demandas de un vecindario que lleva más de dos décadas reclamando soluciones.
Derribo en 2028
A pesar de que el cierre del local marca el final de una etapa, el proceso para vaciar el edificio sigue en marcha. Si se cumplen los plazos previstos, el bloque debería quedar desalojado en 2027 y ser demolido en 2028, después de años de retrasos y de una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) que llegó a reprochar la inactividad de las administraciones implicadas.
Para muchos residentes, la marcha de Paqui supone algo más que el traspaso de un negocio. Es la despedida a una figura que ha acompañado, impulsado y vertebrado la lucha vecinal de La Mina, un barrio que teme perder referentes a medida que cierran comercios históricos y se deshace parte de su tejido social.