Las espadas en la Federación de Barcelona de ERC están en alto. Varias agrupaciones de veteranos militantes republicanos planean boicotear la candidatura de Ernest Maragall a la alcaldía de Barcelona o, al menos, intentar desalojar al exsocialista de la cabeza de lista. “Hay algunos grupos que consideran que Maragall fue una imposición de Oriol Junqueras y que ahora son los militantes los que deben decidir quién será el jefe de filas en el Ayuntamiento de Barcelona”, explican a Metrópoli fuentes internas de Esquerra.
En realidad, Maragall siempre se había encontrado con cierta oposición de los cuadros tradicionales del partido, ya que es considerado un advenedizo por los más veteranos del lugar, los de 8 apellidos de Esquerra. Y él es militante del partido sólo desde mayo de 2018. Además, para colmo, escogió como segunda de la lista a otra persona que también provenía de fuera del partido: Elisenda Alamany, cuyo origen hay que buscarlo en las filas de los comunes y además en un cargo tan significativo como la portavocía parlamentaria de En Comú Podem.
“VA A SU RITMO”
El principal cargo que se le reprocha a Ernest Maragall es que “va demasiado por libre y no se somete estrictamente a la disciplina de ERC”. De hecho, el veterano político ya hacía lo mismo en su anterior formación, el PSC, donde traía de cabeza a las diferentes cúpulas directivas que iban pasando por la calle Nicaragua, donde se ubicó la sede socialista hasta enero de 2017. En Esquerra, Maragall sigue yendo a su ritmo. Con una mente y un estilo muy racional, mantiene una envidiable actividad intelectual y laboral a pesar de su edad, ya que acaba de cumplir 79 años a principios de este mes de enero.
Otra de las cosas que le echan en cara a Maragall es su multiempleo, ya que simultanea los cargos de diputado republicano en el Parlament con el de jefe de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, donde además forma parte de las comisiones de Economía y Hacienda y de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad. En el Parlament también asume representación en las comisiones de Economía y Hacienda y en la de Investigación y Universidades.
APUESTA POR UN ‘PATA NEGRA’
Pero el principal interés de las agrupaciones barcelonesas es que la próxima candidatura sea encabezada por un pata negra de la formación republicana. En ese sentido, estos sectores también rechazan la pretensión de sustituir a Maragall por Alamany, tal y como propugna un círculo muy cercano a Oriol Junqueras, encabezado por Lluís Juncà. “Hay grupos con mucha fuerza que están dispuestos a un pulso con la dirección de ERC hasta las últimas consecuencias si se permite que encabece la lista de Barcelona una persona que no provenga de Esquerra y que tenga una fidelidad contrastada”, señala una de las fuentes consultadas.
Los sectores más reacios a Maragall no tendrían inconveniente en apoyar una candidatura encabezada por Ester Capella, exconsejera de Justicia y actual delegada de la Generalitat en Madrid. De hecho, Capella ya había sonado como segunda de Maragall en las elecciones de 2023, desplazando a Alamany.
Pero estos sectores la quieren a ella como cabeza de lista, lo que significaría el desplazamiento de Maragall en de la lista. En realidad, algunas agrupaciones lo prefieren fuera de la candidatura directamente. Pero de lo que no hay duda es de que la opción de Capella satisface plenamente al sector más tradicionalista de los republicanos, ya que la exconsejera despierta muchas simpatías dentro de ERC.
LA TERCERA VÍA: UNA CARA NUEVA
La puerta, no obstante, está abierta a más sugerencias y determinados sectores apostarían por presentar una cara nueva. De hecho, el nombre de Roger Torrent ya ha comenzado a correr entre una militancia que busca una regeneración de la imagen y el estilo de la formación. “Torrent es un valor joven, con experiencia después de ser portavoz adjunto, presidente del Parlament y consejero de Empresa y Trabajo. Además, su compromiso con el partido y los valores republicanos están más que contrastados. La cuestión está en saber si se puede abordar su salida del Govern un año y pico después de entrar en él”, explica una fuente. En ese caso, es posible que todo dependa del desgaste al que llegue Torrent en las fechas próximas a las municipales.
De lo que se trata, pues, es de contar con una persona de “obediencia ciega al partido” en el Ayuntamiento de Barcelona. Pero si no es él, también podría optarse por otra cara conocida del Govern para aportar el plus de experiencia en la gestión que requiere la candidatura a la alcaldía de Barcelona.
La opción de Torrent o de otra cara nueva como cabeza de lista a las municipales sería, así, una tercera vía. Y ello implicaría tener que pactar con Ernest Maragall una salida digna. El veterano exsocialista ya ha dicho que quiere repetir candidatura. Y las encuestas internas que tienen los republicanos le dan a él un buen resultado, por delante de Ada Colau. Y si él se resiste a dejar la cabeza de lista, ERC tendrá un problema de altura. “A Ernest lo podrás comprar, pero no obligar. Si él dice que no sale de ahí, nadie será capaz de echarlo, a menos que ERC quiera cavar su propia tumba. A las malas, Esquerra tiene mucho más que perder que él”, dice una persona que le conoce bien. Las pretensiones de los partidarios de los pata negra, pues, deberán pasar antes por su despacho. Y si a él le place, podría plantearse un relevo sin sobresaltos. Pero si la guerra interna estalla, ERC puede olvidarse de la alcaldía de Barcelona, al menos por el momento.