Eran muy amigos. Una larga amistad, teñida de complicidades, de amor y de respeto entre Isona Passola y Joan Ollè. La presidenta del Ateneu Barcelonès, --que pasa ahora por un momento delicado en la entidad—lo vio claro. Tras la muerte del director teatral, quedó su billar en el domicilio familiar. Passola ha decidido llevarlo al Ateneu, y allí se encuentra como muestra la fotografía.

Passola rige los destinos de la entidad cultural con la percepción de quien lidera un grupo de amigos. Toma decisiones personales y no le da mucha importancia a los roces que se han producido en los últimos meses entre los miembros de la junta. Aunque algunos socios significativos le piden que convoque una asamblea extraordinaria, tras el despido del director de la Biblioteca, Alex Cosials, y tras las dimisiones de dos miembros de la Junta, Joan Safont y Teresa Mañà, por ahora no ha tomado ninguna decisión.

El caso es que de todo ese ambiente enrarecido es ahora testigo el billar de Joan Ollé, fallecido el pasado 30 de agosto a los 66 años. Muchas horas de juego se acumulan en ese billar, del actor y director teatral que sufrió un largo calvario por supuestos abusos que nunca se demostraron en el Institut del Teatre, que lo apartó, lo que dejó al actor en una situación muy delicada.

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