Un año después de que Barcelona prohibiera su circulación, los tuktuks regresan a la ciudad. Esta suerte de mototaxis, muy populares en Asia, poblaron durante muchos años las vías barcelonesas: conducían sin licencia, colapsaban el tráfico y generaban inseguridad. El Ayuntamiento les puso coto, y prohibió su circulación, pero los tuktuks han vuelto.

Los carricoches que se han visto en Barcelona son de la empresa Ecotuktuk, según ha podido comprobar Metrópoli. La compañía, que también opera en Madrid, Málaga o Sevilla, ha sorteado el veto municipal porque sus vehículos pertenecen a la categoría L2, es decir, son considerados ciclomotores de tres ruedas y están homologados para corretear libremente por la ciudad.

Evidentemente, estas carcachas son usadas para satisfacer los deseos de los turistas. La web de la compañía aparece de forma predeterminada en inglés (el grueso de sus clientes parece que, naturalmente, no es ni castellano ni catalanoparlante), y en ella se ofrecen diferentes opciones de tours guiados: los precios oscilan entre los 275 y los 85 euros, en función de la duración del recorrido, que puede ser de una a cuatro horas. Una ganga.