Barcelona es una de las ciudades con más congresos tecnológicos y de innovación por kilómetro cuadrado y, sin embargo, todavía tiene mucho trabajo que hacer para reducir la brecha digital que castiga a los barrios con una renta familiar más baja y a las personas con menos estudios. Y las diferencias son notables. Así, mientras en Les Corts y la Bonanova el 96% de la población tiene acceso a Internet en casa, en barrios como Canyelles y la Barceloneta el porcentaje baja al 70% y en Torre Baró al 62%.
El Ayuntamiento, que tiene competencias limitadas para hacer frente a un reto que va mucho más allá de la simple conexión a Internet, está dispuesto a movilizar todos los recursos que tiene a su alcance para que Barcelona sea “una ciudad referente en poner la tecnología digital al servicio de la ciudadanía”, tal y como explicaba hace unas semanas el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, que se mostró confiado en que la ciudad “esté a la altura” del desafío. Con motivo del Día Mundial de Internet, vale la pena analizar la situación de la brecha digital en la ciudad.
CIUDAD DIGITAL
El punto de partida es bastante bueno, como indica el informe que Mobile World Capital Barcelona realizó hace un año y que dispone de los datos más actualizados hasta el momento sobre brecha digital. Según MWC, el 85% de los barceloneses se conecta a Internet a diario y el 89% lo hace al menos una vez a la semana, cifras que se equiparan a los países más avanzados de Europa como Luxemburgo, Dinamarca o Países Bajos y que están muy por delante de la media de la Unión Europea (75%) y España (71%).
Los elevados porcentajes de acceso a Internet indican que Barcelona es una ciudad digital que ha conseguido un elevado grado de “transversalidad” entre la población. Uno de los datos más significativo es que dos de cada tres barceloneses responden a un perfil digital intermedio o avanzado, lo que quiere decir que usan al menos dos dispositivos para navegar y que han realizado cuatro actividades diferentes (leer noticias, comprar, redes sociales, gestiones bancarias, etc.).
DESIGUALDADES POR RENTA, EDAD Y ESTUDIOS
La brecha digital en Barcelona tiene muchas vertientes, pero el género no es una de ellas, ya que el 77% de los hombres y de las mujeres disponen de un smartphone con acceso a Internet. Tampoco lo es la nacionalidad, aunque los extranjeros se conectan menos que los españoles. En cambio, sí hay diferencias notables según el barrio, la edad y el nivel educativo, que influyen mucho más a la hora de determinar el tipo de acceso a Internet y el uso que se hace de esta conexión.
Uno de los ejemplos más claros es la zona de residencia. Las ya citadas diferencias entre barrios a la hora de disponer de una conexión a Internet en casa, con Les Corts (96%) y Torre Baró (62%) como polos opuestos, se reducen mucho en cuanto se analizan los datos de acceso a través de un dispositivo móvil, más económico que una conexión de banda ancha. El 79% de los barceloneses que viven en barrios de renta baja disponen de un teléfono inteligente con conexión a Internet, mientras que en los de renta alta este porcentaje es del 91%.
El nivel educativo también incide en la brecha digital, ya que si el 90% de las personas con un nivel de estudios medio o alto se conectan a diario, solo el 62% de las que tienen un nivel bajo ha usado Internet en las últimas 24 horas antes de la encuesta. Y lo que es más preocupante aún: el 25% nunca lo usan para su día a día. En cuanto a la edad, la franja de población con menos acceso a la Red es la que va de los 65 a los 74 años.
COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA
Reducir la brecha digital significa actuar en muchos frentes al mismo tiempo (educación, economía, empleo), por lo que las administraciones públicas necesitan la ayuda del sector privado para realizar acciones coordinadas. Una muestra de esta política es la firma de un acuerdo entre el Ayuntamiento y las grandes empresas de telefonía y tecnología para maximizar el impacto y el retorno social de los programas que estas compañías despliegan en Barcelona.
El acuerdo firmado con las fundaciones de Telefónica, Orange y Vodafone y con Cisco y Lenovo contempla que las compañías diseñen programas específicos de capacitación digital de jóvenes, gente mayor y colectivos en riesgo de exclusión y el Ayuntamiento aporte su conocimiento de la ciudad para indicar en qué zonas tendrán más impacto.
Por su parte, Barcelona Activa, en colaboración con el Consorci de Biblioteques de Barcelona, ofrece tres programas de formación gratuitos dentro del proyecto “Ciberalfabetización” para mejorar las competencias tecnológicas y despertar nuevas vocaciones, que está dirigido a niños y jóvenes de hasta 17 años y a mayores de 55 años. El éxito de los cursos, que han contado con 900 participantes, ha llevado al consistorio a aumentar hasta 1.300 el número de plazas disponibles entre febrero y abril.