Residuos en primera línea del mar / EFE

Residuos en primera línea del mar / EFE

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Los hoteles delante del mar causan un daño irreparable

Los biocidas son la última apuesta tecnológica en pro de la salud humana

26 marzo, 2018 18:37

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Diez años vinculada a la Universitat Politècnica de Catalunya. Ahora ha vuelto para ofrecer una conferencia en sobre el medio ambiente. Ella es una de las personas que mejor conocen las costas de México y los océanos. Doctora oceanográfica por la Universidad d´Aix‐Marseille e Investigadora del Consejo por el Cambio Climático en México, Norma Patricia Muñoz destaca las barreras administrativas con las que se encuentra la ciencia a la hora de llevar a cabo los planes que ofrecen a los poderes políticos quienes tienen la potestad de ordenar la ejecución de las recomendaciones científicas. Norma Patricia asegura que apenas se reconoce el valor de la diversidad que hay en los ecosistemas marítimos y “este es el primer paso para cuidar los mares”.

A su paso por Barcelona, la doctora Norma se reúne con Metrópoli Abierta y cuenta que tanto en el mar Mediterráneo como en los golfos de México y de la Baja California, el allanamiento de las dunas para la construcción de hoteles a primera fila del mar supone un impacto medioambiental perjudicial e irrecuperable. “Por suerte, en España, hace años que se frenó esta forma de construcción salvaje”, asegura la experta. “En Niza cerraban las playas algunas temporadas porque se arrojaban residuos fecales en los años 90”, cuenta Norma.

Sobre la pesca, la doctora Norma asegura que “Asia tiene los barcos con la mejor logística para la pesca en profundidad” y “hay que tener buena guardia costera”, añade la oceanográfica. “Tienes que establecer cuotas y vedas (tamaño de los peces) cuando hay países que comparten mares", explica la doctora.

La doctora oceanógrafa mexicana Norma Patricia Muñoz en la UPC / A.O. 

La doctora oceanógrafa mexicana Norma Patricia Muñoz en la UPC / A.O. 



Una alternativa a la pesca indiscriminada es la construcción de piscifactorías que “no hacen daño al mar ni a los ríos pero se nota la diferencia de sabor entre el pescado natural y el criado en cautividad”. A esta tecnología que ya no es tan novedosa, se suma el uso de los biocidas y éstos sí comienzan a desarrollarse actualmente. Ahora, “cualquier especie está expuesta a la modificación y convertirse en transgénico”, asegura la doctora medioambiental. Los biocidas son componentes naturales o microorganismos destinados a destruir, contrarrestar, neutralizar, impedir la acción o ejercer algún tipo de control sobre cualquier organismo considerado nocivo para el ser humano. Los biocidas naturales requieren más tiempo para que el resultado sea factible pero es menos dañino que ciertos tipos de pesca y de actitudes nocivas para el mar que parece inmenso y  que, según la experta, “da la sensación de que no sufra”.

Gracias al desarrollo de la ingeniería, “conseguimos mitigar las catástrofes medioambientales y cambiamos algunos hábitos sociales para resolver la degradación de los mares y paliar el cambio climático del que tanto se habla”.

El fondo marino, un ecosistema para cuidar / EFE

El fondo marino, un ecosistema para cuidar / EFE



El mejor consejo que da la experta para cuidar las playas es hablar de los riesgos a los que se expone el ser humano si no cuida los mares. “En las reuniones políticas sobre medioambiente no hay educación medioambiental”, reafirma la oceanógrafa. “El trabajo de divulgación científica es clave pero se dedica poquísimo espacio para eso”, cuenta la doctora triste pero con la esperanza de que las tesis actuales vayan en esa dirección: “con un lenguaje común, para que toda la gente lo entienda”.