En un día de muertos, Frida Kahlo espera a sus invitados y mientras cocina, evoca a Diego Rivera, Rockefeller, Trotsky y expone su opinión sobre los artistas, sobre México, los Estados Unidos y Francia. De repente, inevitablemente, surge el recuerdo del accidente y la presencia de la muerte. Un monólogo entre el dolor, la pasión y el humor. ‘Frida Kahlo. Viva la vida’, un texto de Humberto Robles escrito en 1998, dirigido por Carlos Solsona y de Frida, Marisol Salcedo, oriunda de Tijuana. Robles es uno de los dramaturgos más conocidos en Latinoamérica.
La Sala Fènix ofrece este monólogo de Robles creado a partir de una investigación que el autor hizo para realizar otra obra de teatro que nunca escribió, se trataba del encuentro imaginario entre cuatro de las mujeres más importantes y emblemáticas de México de los años 20 y 30: Frida Kahlo, Tina Modotti, Nahui Ollín y Antonieta Rivas Mercado. El primer personaje que decidió estudiar Humberto fue Frida y de ahí surgió este texto. Muchos de los textos de la obra fueron extraídos de cartas y escritos de Frida, sus impresiones literales sobre Paris, Estados Unidos, México, André Breton (ensayista francés), lo que pensaba sobre los artistas y los intelectuales, Y la narración del accidente. El texto está salpicado de títulos de cuadros de Frida, así como frases o poemas escritos en su diario.
En este caso, Marisol Salcedo, de Frida, explica que este monólogo "es una montaña rusa, un caramelito y un regalito que me ha venido sin imaginármelo". La actriz se ha visto los documentales de Frida que circulan en Internet, "he leído un mundo de libros biográficos" y recomienda ver 'Frida, naturaleza via', película mexicana casi muda protagonizada por Ofelia Medina. Tampoco ha dejado de ver el filme 'Frida' donde Salma Hayek interpreta a la artista mexicana más conocida en el mundo entero. Ambas, rodadas en la Casa Azul (dónde residió Frida).
Tráiler de 'Frida Kahlo. Viva la vida' en la Sala Fènix / TEATR3S CIA