Con la llegada del buen tiempo toca ponerse pantalón corto y bañador, y es en ese preciso momento cuando la mayoría de nosotros nos damos cuenta de que no hemos hecho nuestros deberes y no estamos tan en forma como quisiéramos.
Con el verano a la vuelta de la esquina solemos buscar dietas y ejercicios milagro para llegar perfectos al verano. Quizá este empujón a contrarreloj es lo que necesitábamos para apuntarnos por fin al gimnasio y empezar a hacer deporte de verdad; y esas ganas son las que tenemos que aprovechar.
Para ir al gimnasio y ponerse en forma lo primero que hace falta es fuerza de voluntad y estar concienciado de que es algo que cuesta hasta que cogemos el hábito. En un mes no podemos esperar un milagro y pasar a tener un cuerpo totalmente fit , pero sí que podemos mejorar y sentirnos mucho mejor con nosotros mismos.
Tampoco hay que desanimarse, pero es importante tener claro que el cuerpo que queremos se consigue con esfuerzo y trabajo constante, no podemos apuntarnos un mes antes de verano, hacer algo de ejercicio, y luego dejarlo hasta el año siguiente. Lo que necesitamos no es un milagro, sino constancia y buenos hábitos.
Una vez tenemos esto claro, es momento de empezar. Aún quedan un par de meses para el pleno verano así que aún estamos a tiempo de mejorar nuestro cuerpo y sobre todo, sentirnos mejor con nosotros mismos. Lo primero que necesitamos es un buen plan de entrenamiento según nuestro objetivo. Por ejemplo, si lo que queremos es adelgazar, tendremos que centrarnos en el cardio como bicicleta, zumba, correr o nadar, y combinarlo con alguna actividad de tonificación, como por ejemplo máquinas guiadas o clases de tonificación. Si el objetivo es ganar masa muscular o tonificar, habrá que mirar qué clases y ejercicios nos convienen, cada cuerpo es un mundo y necesitamos un plan de ejercicios que se adapte a nosotros y a nuestros objetivos.
Es importante empezar poco a poco y no querer cargarnos demasiado, el cuerpo tiene que adaptarse y habituarse a hacer el ejercicio que le proponemos. No podemos empezar con mucho peso o haciendo un sobresfuerzo porque agotaremos el cuerpo y no podremos seguir el ritmo. No por empezar más fuerte vamos a conseguir los objetivos más rápido. Es importante hacer al menos 3 días de ejercicio a la semana y no dejar que pasen más de 3 días entre entrenamientos si queremos notar un cambio. Nos hemos de olvidar de la báscula, si somos constantes, los cambios se empiezan a notar al cabo de un mes de ejercicio y hábitos saludables. Podemos pesarnos una vez a la semana y siempre a la misma hora, ya que el peso puede variar un poco de la noche a la mañana, o con el estómago lleno o vacío.
El cuerpo tarda en adaptarse y aceptar el cambio, es posible que las primeras semanas no notes una gran mejora, no te preocupes, empezarás a sentirte mejor contigo mismo por hacer deporte y luego notarás el cambio. También debes tener en cuenta la dieta, no debes hacer dietas milagro o dejar de comer, porque luego puedes sufrir un efecto rebote. Intenta seguir una dieta equilibrada y saludable. No pases hambre, come 5 veces al día, pero alimentos saludables y bien combinados. Ten en cuenta que la dieta es fundamental para mejorar, intenta evitar azúcares, grasas saturadas y bebidas con gas.
Y lo más importante, después del verano no lo dejes, sigue entrenando y llevando un buen estilo de vida. Lo peor que puedes hacer es entrenar a temporadas.