Son de México y tinku boliviano cierran las fiestas de Nou Barris

Amalgama de danzas latinas en la Festa Major de Nou Barris. Última mañana de las fiestas y en una de las plazas del distrito se celebró ayer con un toque de interculturalidad con dos grupos de baile folclórico procedentes del otro lado del Atlántico. Primero, Renacer Boliviano y seguidamente, Son de México.

Más de una decena de bailarines danzaron el domingo al mediodía algunas de las coreografías más típicas del norte de Potosí, el tinku (del quechua, ‘encuentro’ y en amare ‘ataque’). Diez años acercando a la ciudad de Barcelona algunos movimientos rituales de esta región peruana. Zapateo al ritmo de tonadas, algunos pasos parecían llaves de judo, todo pasión sobre el escenario, fuerza y vueltas de hombre y mujeres que visten de blanco, azul y complementos de muchos colores. Un baile tradicional del Carnaval de Oruro que ahora también se deja ver en Barcelona por los integrantes de un movimiento artístico que retoma una de sus características culturales con más ritmo y color de Bolivia. Los sombreros de las mujeres volteaban sus plumas blancas, que según la tradición, corresponden a las chicas solteras. Los hombres lucieron tipas (fajas) elaboradas artesanalmente, de estampados multicolores, como las al millas (vestidos) de las mujeres. Un trabajo textil de admiración.

Después de este espectáculo, un grupo infantil de danza boliviana también actuó frente a más de un centenar de personas que disfrutaban de las fiestas. Tras la ‘batalla’ coreográfica boliviana, arrancaba, con un poco más de empeño técnico de lo normal, una muestra de danzas de los estados de Veracruz y Jalisco.

“Porque nos hace vibrar, unirnos, realizarnos, darnos”, dicen Son de México. Un grupo de baile folclórico que lleva diez años bailando para la ciudad de Barcelona.

Enseguida, el universo de la plaza tomó ritmo, primero con dos parejas de bailarines y luego, con el resto del grupo que vestían mariachi y trajes Bailes tipo jarocho, jarabe y huapango. Algunos pasos se vinculan a las comunidades afros. Ellos lucieron las tachuelas de sus pantalones apretados, sin cartucheras pero sí con sus gorros de mariachi. Ellas eran todo color sobre el escenario. Trajes de vuelo, amarillo, naranja y lila con el pelo recogido y adornado con algunas flores. De origen colonial, como el fandango, el público reconoció la música al primer acorde. Instrumentos de cuerda en contraste con la tamboreta arrancaron los aplausos de un público rendido a la gracia que trajo consigo el Son de México en las fiestas de Nou Barris.