Divagação no es samba, es la fusión brasilera con clásica

El Casal Can Travi acerca un poco del músico Heitor Villa-Lobos. El grupo Divagação, formado por Ana Moreira y Elisabeth Roma han transmitido la serenidad y la emoción que inspiraba el histórico artista brasileño versionando sus canciones. 

Acompañadas de sólo una guitarra y un violonchelo, Moreira y Roma consiguen rendir homenaje al cantautor de los años 30' y 40'. Influenciado por la música clásica europea y la música folclórica brasileña, Villa-Lobos se convirtió en toda una figura en el panorama musical latino. Amante del violonchelo, también era un gran guitarrasta, pianista y compositor de música coral sobre material folclórico. La herencia que ha dejado Villa-Lobos en Brasil sigue caminando sus calles: su música se sigue enseñando en las escuelas con una fuerte sensación de orgullo y amor. 

Sú trabajo sigue siendo conocido tanto en Brasil como en el resto del mundo. Actualmente, Villa-Lobos forma parte de la Academia Nacional de Bellas Artes argentina y cuenta con una sala con su nombre en el Teatro Nacional de Brasilia. Sus piezas siguen siendo interpretadas tanto en coros, como en escuelas y versiondas por grupos musicales, como es el caso de el dúo Divagação. 

El dúo catalán versiona cuatro canciones del artista brasileño / A.N.

El dúo femenino interpretado en la sala 'Miguel Llobet’ de Can Travi varias canciones del famoso artista, entre ellas  Bachianas Brasileñas número 5, la obra más conocida del artista. Originalmente escrita para ocho violonchelos, el mismo artista hizo el arreglo para que fuese tocada con una guitarra. Las otras dos canciones del repertorio han sido O Canto de cisne negro, una canción más clásica derivada de un poema que escribió el propio Villa-Lobos, y Divagação, una canción más movida que comienza con palmas en la guitarra como si de un cajón se tratase y que dió nombre al grupo que lo ha interpretado en Barcelona. La actuación, que forma parte de la serie de ‘La Gran Música' de Casal Can Travi, deleita al público con un "paseo por el mundo sonoro más allá de los límites de la razón". Ellas mismas escriben que hay que “entender la música como una forma de comunicar emociones” para poder “ hacer de la música una necesidad para escucharla y vivirla”.