Hay mucha gente que recorre el mundo en bicicleta, pero pocos que lo hacen en pareja. Thiago y Flavia son dos oncólogos brasileños que decidieron cumplir su sueño de recorrer el mundo a pedales. La fecha límite que se han puesto son cuatro años, de momento llevan uno. Con la mitad de Sudamérica recorrido, actualmente, se encuentran en Barcelona después de haber pasado por Marruecos. Con el objetivo puesto en su Brasil natal, la pareja seguirá el recorrido por Europa en los próximos 90 días, luego pedalearán Asia y en los próximos 3 años, de vuelta a casa.
Comencemos desde el principio, ¿por qué decidistéis emprender esta aventura?
A nosotros siempre nos ha gustado mucho viajar pero trabajábamos en un hospital. Yo soy patólogo y ella es enfermera oncóloga. Todos los días miraba el microscopio y hacia diagnósticos a pacientes con cáncer. Muchas veces la enfermedad estaba muy avanzada y eran mucho más jóvenes que yo. Los pacientes de Flavia eran terminales. Nos quedábamos pensando y decíamos: podría pasar lo mismo con nosotros. No tenemos control de todo. La vida es ahora porque nadie conoce el futuro
Salimos de Brasil, del párking del hospital y fuimos hasta Uruguay, luego Argentina, Chile... llegamos a Ushuaia (la punta de américa del sur) y también la Tierra del Fuego. Después agarramos un vuelo hacia Marrakech. Recorrimos parte de Marruecos durante dos meses y vinimos a Barcelona.
¿Qué fue lo más difícil a la hora de partir?
Muchas personas que hacen viajes largos comienzan este tipo de viajes por problemas personales. No están felices con su trabajo, un amor o su ocupación. Nosotros no. Nos gustaba mucho lo que hacíamos pero teníamos un sueño.
Vender todo fue lo más difícil. Eso y salir tan lejos de la familia: siempre los extrañas mucho, sobretodo en las fiestas: Navidad, año nuevo...También extrañamos la comida de Brasil.
¿Cuál es vuestro próximo destino?
Vamos a salir de Barcelona destino a Francia, luego Suiza, Italia, Eslovenia y Croacia. No nos podemos quedar más de 90 días en la zona de Schengen. Nos gustaría recorrer más Europa, pero no hay tiempo. Al salir de Europa iremos a Turquía e Irán y volveremos a América del Norte y bajaremos hasta nuestra ciudad.
¿Creéis que lo podríais haber conseguido si hubiérais hecho el viaje en solitario?
El apoyo mutuo es muy imporante. Antes viajábamos en bicis separadas pero ella se quedaba muy atrás y ahora vamos en tándem. Estamos completamente juntos 24 horas al día en la misma bici.
Flavia: La verdad es que hay que tener mucha paciencia.
Thiago: Cuando viajas solo, a veces es muy cansado. Buscas conversar con alguien y no tienes con quien hablar. Cuando quieres charlar de algo tienes compañía y así el viaje se hace más fácil.
¿Cuáles han sido las mayores dificultades a las que os habéis enfrentado?
La primera, un sendero off road para Jeeps en Argentina. Preguntamos a las personas locales si era posible y nos dijeron que sí, pero que con la bici iba a ser más difícil. Llevábamos 70 kilos de equipaje y era un tramo de ocho kilómetros. Después de varios kilómetros, tuvimos que parar porque estábamos llenos de barro. Dormimos allí y tardamos en hacer el camino dos días. Sentíamos mucho dolor y acabábamos de empezar.
Otra dificultad nos ocurrió en la Patagonia. Llevamos agua pero pasó mucho tiempo sin que nadie pasase y se nos acabó el agua.
Flavia: Hacia mucho viento y mucho calor (es desierto) y fue muy difícil pedalear rápido. Paramos la bici y comenzamos a hacer autoestop y por suerte nos regalaron agua y zumo. Tampoco estamos acostumbrados al frío y lo pasamos mal .
Thiago: En tierra de fuego también pasamos mucho frío y había viento de casi 80 kilómetros por hora. Hicimos 30 kilómetros arrastrando la bici y acabamos durmiendo en una cueva para protegernos del viento.
De la misma manera que ha habido dificultades, habrá habido cosas positivas, ¿Qué experiencia ha sido más gratificante?
Sobretodo las personas que nos ayudaron en la ruta. Una vez, estábamos pedaleando a las afueras de Buenos Aires. Era un tramo con mucho tránsito. Estábamos en una ruta sin arcenes y se paró un auto. Salió una chica que se quería sacar una foto con nosotros y nos preguntó que a dónde íbamos. Cuando le respondimos que a buscar un sitio para acampar, nos invitó a su casa. Fue muy sencilla y nos regaló pizza y vino. Quería que nos quedásemos más, pero teníamos que avanzar.
En general, nos ayudaron personas además, muy pobres, algo que no esperábamos. Con la apariencia de esas personas no esperas que vayas a recibir nada. Son personas que nos inspiraban peligro pero que nos recibieron con mucha hospitalidad. Esto pasó en Sudamérica, Marruecos… Nos han cambiado mucho los conceptos y la idea que tenemos de algunas personas.
Viajando se crece ¿Qué habéis aprendido del mundo, de vosotros como personas y como pareja?
Hay dos tipos de evoluciones: como personas y como pareja.
La primera, todas las personas son iguales en cualquier parte del mundo. Los miedos, las cosas que les gustan, las cosas que tienen en la mente.. la esencia de la gente es la misma independientemten de la religión, la cultura.. Hay muchas personas buenas en el mundo. Más que personas malas. No tuvimos ningún problema con nadie. Como pareja, hemos aprendido a tener mucha paciencia. Estamos juntos todos el día y aprendemos a tener tolerancia el uno con el otro.
Flavia : Se entienden las limitaciones de cada uno. Comienzas a aprender de ellas y a dejar de quejarte. Ayudas a la otra persona y viceversa y como pareja, es un super crecimiento. Con este viaje, no nos vamos a separar nunca más.
¿Habéis sentido miedo?
Hemos sentido miedo, pero no de las personas. Sentimos miedo de quedarnos sin agua y sin comida. A veces, en la Patagonia pedaleabámos diez días sin pasar por ningún pueblo y no podíamos comprar nada. Teníamos miedo de las enfermedades también. Pero nunca miedo a las personas.
¿Cómo os financiáis el viaje?
Trabajamos cuatro años y ahorramos todo lo que pudimos. También gastamos muy poco. Vendimos todo lo que teníamos para poder hacer este viaje. La gente me pregunta: “¿Cómo vas a viajar cuatro años? Es mucha plata!”. Hoy lo que gastamos es mucho menos que cuando trabajábamos, que pagábamos el alquilar, la luz… Además cuando viajamos pagamos muy poco por el hospedaje. Nos quedamos en campings salvajes o en casa de gente que conocemos. Casi un año viajando y todo incluido, tickets, bici, arreglos… nos gastamos 10 euros al día por persona. Aunque tampoco es un viaje para sufrir. También tenemos nuestros momentos en los que podemos salir a bailar, visitar, tomar algo… Pero no es la rutina. Sabemos que necesitamos el dinero.
¿Cuantos kilómetros hacéis por día?
Hacemos 50 kilómetros por día, 1000 kilómetros sl mes. Algunos días, como ahora, paramos en una ciudad para descansar un poco y conocer un poco los lugares, probar comidas, hacer fotos…
¿Cuál es vuestro plan de futuro cuando volváis a Brasil?
La idea, de momento, es trabajar donde trabajábamos. Como estamos en el área de salud, tendremos que actualizarnos cuando volvamos. Va a ser duro después de tanto tiempo. Tendremos que comenzar desde el principio. También sabemos que puede cambiar. Muchos viajeros, cuando vuelven a casa, trabajan en cosas diferentes porque el viaje les ha cambiado la vida. Cuando viajas te pasan muchas cosas por la cabeza.
Flavia: Yo quiero escribir dos libros, uno sobre el viaje y otro de como sobrevivir con tu marido. También me gustaría dar información sobre esta manera de viajar para quien quiera hacerlo.
¿Qué consejos le daríais a alguien que quiera seguir vuestros pasos?
Lo más importante es que si tienen un sueño, que lo hagan. Lo más difícil es empezar, porque te cambia mucho la vida. Nosotros, hasta ahora, no nos arrepentimos. Volveremos sin plata ni trabajo no hay precio que pague lo que aprendemos. Es mejor apostar por tu sueño ahora porque no sabes si lo podrás hacer en un futuro.
El problema de mucha gente es que, a veces, se tiene miedo y el miedo te para de hacer muchas cosas. No hay que tenerlo. Las cosas no son tan malas. Es muy diferente la vida real de lo que vemos en televisión.