Sobre las tres de la madrugada del pasado 25 de julio, un joven se detuvo frente a la estrella de la fama de Trump, abrío su mochila y sacó un martillo. A partir de ahí, las imágenes hablan por si solas. El joven no se detuvo ni un momento y no paró de picar la estrella del Paseo de la Fama hasta destruirla. 

El vídeo publicado por el popular portal TMZ, ya ha superado el medio millón de visitas, y el joven, del que no se conoce la identidad, ya es considerado un heroe nacional. La estrella fue colocada en 2007 en honor al papel que interpretó Trump como presentador en el show El Aprendiz, pero no es la primera vez que ha sido dañada. En el año 2016 un grupo de activistas construyó un muro a su alrededor, y en otras dos ocasiones ha sido destruida por dos jóvenes distintos. 

No es la primera vez que alguién opta por la opción de destruirla a mazazos.  



El famoso paseo de la fama 

Lo que muchos no saben es que el proceso para tener una estrella en el paseo de la fama no es tan glamuroso como parece. No te levantas un día con la noticia de que vas a tener una estrella. De hecho, la mayoría de famosos que han inaugurado su estrella, lo han hecho durante la promoción de un film, ya que en muchas ocasiones, se utiliza como gancho de promoción. 

Tampoco se cuenta que el gasto de la instalación y mantenimiento corre a cargo del artista, a no ser que la productora quiera pagarlo. Cada año, el artista debe abonar una cantidad específica para poder permanecer en el paseo. De hecho, el paseo tiene más de 2.000 estrellas y algunas de ellas no corresponden a ninguna categoría artística, como la del alcalde de Los Ángeles, Tom Bradley, o el cuerpo de policía de la ciudad, también algunas empresas, como la marca de lencería de Victoria’s Secret