Poco se esperaba Freda Jackson, británica de 81 años, que sus vacaciones acabarían así. Junto con su amiga reservaron en mayo un hotel en Benidorm. Unos días para disfrutar del sol y la playa arruinados por un pequeño detalle: en Benidorm hay españoles. De hecho, demasiados.
En una carta que Jackson ha enviado a su agencia de viajes (una de las más populares del Reino Unido) relata la terrible experiencia y reclama que le devuelvan el dinero. "Fue una pesadilla de principio a fin", se queja.
La hospedaron lejos de la piscina sabiendo de sus problemas de mobilidad, las actividades del hotel estaban dirigidas exclusivamente a españoles y por si fuera poco, un joven la golpeó al pasar y no le pidió disculpas. Ante este infierno, Jackson se pregunta "¿Por qué no van a otros sitios para sus vacaciones?". Thomas Cook, la compañía con la que reservó las vacaciones ya se ha puesto manos a la obra para solucionar el problema.
De los 1200 euros que le costó el viaje aproximadamente, la empresa le ofreció inicialmente un descuento de 80 euros como compensación. Ella rechazó, y la empresa mejoró la oferta con 630 euros. Freda aún tiene que contestar.